Consultamos el móvil para todo. Para ver a qué hora para el bus cerca de casa, para buscar un sitio donde comer los fines de semana, para leer o escuchar las últimas noticias. No es de extrañar que si, por ejemplo, notas un pinchazo en el pecho te lances a Google a ver qué puede ser eso. Y eso puede ser desde unos simples gases a un infarto. Aunque lo habitual es que sea más fácil e, incluso creíble, encontrar la información que te diga que es un infarto.
Por un lado, porque si el algoritmo detecta que te interesa algo, te va a mostrar todos aquellos datos que vengan a confirmar sea lo que sea que quieres creer. Se multiplican los enlaces con determinados contenidos. Existe, además, lo que se denomina como Efecto Barnum. Se produce cuando lees una descripción muy genérica, pero que crees que se ajusta perfectamente a ti. Porque quieres que se ajuste a ti. También hay una designación para aquellas personas que están obsesionadas con buscarinformación sobre su salud por Internet "cibercondría", buscan información para tranquilizarse y consiguen todo lo contrario.
Hay, por tanto, muchas páginas de internet que se aprovechan de este efecto para hacerte creer que esos síntomas que tienes se ajustan, como un guante, a una enfermedad muy concreta. ¿Cuál es el problema? Que cuando esa persona va al médico lo que busca es que le ratifique lo que ya cree que sabe. Y si no es así, puede llegar a dudar del propio médico. El asunto se está empezando a convertir en un verdadero problema.
El doctor Carlos Yair Durán, responsable del grupo de trabajo de salud digital de la Sociedad Española de Médicos generales y de familia, es consciente de que cada vez hay más personas que se hacen su propio diagnóstico, pero lo afronta como un reto.
Aunque, sí que advierte de que es necesario contrastar esa información que se lee y también saber dónde buscarla. Para Yair Durán lo más importante es "saber explicar, orientar y guiar a los pacientes por el camino de la salud".
