LA BRÚJULA

La carta de Ónega al concejal que se ducho en mitad de un pleno: "Un ejemplo de transparencia ante la ciudadanía"

Supongo que conoces uno de los vídeos que más circulan. De los más virales, que decir los modernos. Es de un pleno telemático del ayuntamiento de Torrelavega.

Fernando Ónega

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Fernando Ónega

En él se ve al alcalde, tres concejalas, un concejal en el uso de la palabra y otro concejal, familiarmente conocido por Berni, supongo que será el socialista Bernardo Bustillo, que se está duchando en pilota picada, aunque detrás de una celosía. Pudo hacer suyo el dicho de Sancho: “desnudo nací, desnudo me hallo, no pierdo ni gano”.

Apreciado Berni, vaya por delante todo mi respeto y consideración. Es usted un hombre desinhibido, no hay más que verlo, me da mucha envidia. Es usted un representante popular de amplio sentido de la administración de su tiempo. Eso de aprovechar un pleno de la Corporación para darse una ducha delante de una cámara que no apagó, seguro que no se le ocurrió a ningún otro edil de España.

Y, si se le ocurrió, se desconectó del pleno, más que nada porque hay señoras concejalas delante. Pero usted, una de dos: o se toma la ducha como una parte más de su trabajo municipal, cosa improbable por la cara que puso el alcalde al descubrirlo, o quiere ser un ejemplo de transparencia ante la ciudadanía.

“He sido tan transparente, dirá en su rendición de cuentas cuando lleguen las próximas elecciones, que he puesto una celosía para que me puedan ver y he dejado que me vean en pelotas todos los vecinos y vecinas de Torrelavega, quizá de toda Cantabria y posiblemente de toda España en un pleno municipal. No tengo nada, ni un pelo que ocultar”. Bien hecho, Berni.

Hizo usted lo que debían hacer todos los cargos públicos: desnudarse ante el contribuyente. Supongo que será usted el encargado de la limpieza de Torrelavega o algo así. Y, aunque no lo sea, higiene ante todo, y la higiene bien entendida empieza por uno mismo, que hay mucho virus suelto, que lo dice el doctor Simón. Si el ministro Illa y el propio Simón mandan lavarse mucho las manos, usted se lava todo el cuerpo, pura ejemplaridad para el vecindario. Y fue verle salir de la ducha como Dios lo trajo al mundo, y una de las concejalas no se tapó los ojos, sino que preguntó: “¿No se le puede desconectar o algo?” Por ella supimos su nombre, Berni, porque la cara, lo que se dice la cara, no se le llegó a ver.