Con Manu Marlasca y Luis Renduele

Territorio Negro: GHB y Burundanga. Las drogas de la sumisión química

En 'Territorio Negro', hablamos con Manu Marlasca y Luis Rendueles sobre la sumisión química, una tendencia llamada así por la policía y qué cada vez es más frecuente y mortífera en España

ondacero.es

Madrid | 04.01.2022 18:03 (Publicado 04.01.2022 17:52)

El pasado 28 de diciembre murió en Madrid un empresario en la habitación del hotel Palace, donde se alojaba y donde, posteriormente, descubrieron su cadáver. José Ismael Rosado, que así era como se llamaba, había sido un ejecutivo de ese importante astillero gallego. Estaba casado y fue su pareja, un hombre, el que advirtió desde Miami que no lograba hablar con él.

Rosado estaba pasando el fin de semana en Madrid y se alojaba, como casi siempre, en el hotel Palace. Esta vez, en la habitación 541. Los empleados acudieron a la habitación, y, al abrirla dos días después, encontraron su cuerpo, aparentemente sin signos de violencia.

La investigación policial

A partir de entonces comenzó la investigación de la policía, ya que el hecho de que no pareciera un acontecimiento violento comenzó a levantar las sospechas de que se trataba de un ataque con sumisión química, uno de los más difíciles de probar.

Mientras se esperaba la autopsia de Rosado, la policía empiezó su "investigación callejera" basándose en los últimos movimientos de la víctima. Una habitación revuelta, cámaras de seguridad y algunos testimonios fueron las pistas que ayudaron a la reconstrucción de la última noche de la víctima, el 28 de diciembre, en la que el individuo salió de fiesta y llegó al hotel Palace con dos hombres de unos treinta años, de una forma aparentemente libre y por su propia voluntad. Horas más tarde, de allí salieron dos personas de las tres que entraron.

GHB, la sustancia causante de la muerte

Con la autopsia, los investigadores descubrieron que en su cuerpo había restos de GHB, una de las drogas usadas para lograr la sumisión química de las víctimas. Además del alcohol, la tasa de esta sustancia que presentó fue tres veces mayor de la que un cuerpo puede tolerar, lo que evidenció que se trataba de una sobredosis que le provocaría un edema pulmonar y, después, la muerte.

Posteriormente, los atacantes robaron su tarjeta y dinero, con el que se dedicaron los días siguientes a comprar algunos aparatos electrónicos, lo que llevó a pensar a la policía que ese era el objetivo inicial, pero le acabaron dando tanta que lo mataron. Por tanto, además de estafa y robo con violencia, los dos detenidos, que están ya en la cárcel, también están acusados de homicidio.

El arma del crimen, por tanto, fueron unas gotas de GHB, que se llevan en pipetas al estilo de un jarabe para niños, y que son transparentes, por lo que al no oler ni tener color, son ideales para lograr anular la voluntad de una persona sin llamar la atención. Esta sustancia también es conocida como éxtasis líquido, y se llama así popularmente porque tomado a pequeñísimas dosis, un par de gotas, produce en el organismo efectos relajantes y vasodilatadores.

Una droga cada vez más común

Esta droga se utiliza frecuentemente en ambientes festivos homosexuales con fines recreativos o sexuales. Como hemos visto en este caso, el peligro que tiene es que si en vez de dos gotas se echan más, puede producir la pérdida de conciencia, la voluntad, problemas cardiacos serios y hasta, como en el caso de Rosado, hasta la muerte.

El tráfico de esta sustancia, por el momento, se produce en pequeños grupos, pero cada vez está más en alza. Por ello, la policía nacional ya ha hecho algunas investigaciones a nivel europeo que han concluido en que se suele vender por internet y que llega a España camuflado como fertilizante para plantas o incluso limpiallantas de coches.

El problema que detectan los investigadores es que, aunque nos parezca increíble, en nuestro país se puede comprar el precursor del GHB sin ser traficante de drogas. Es decir, podemos comprar GHL que al tomarlo, nuestro organismo lo convierte en GHB, y de detectarse, se castiga de la misma manera que si se vende lejía de contrabando o carne en mal estado, nunca como tráfico de drogas.

La burundanga y sus problemas

Y el problema de las drogas de sumisión química es que desaparecen rápido del organismo, lo que hace que la droga que más se usa actualmente con este fin sea la burundanga o la escopolamina. Pero, curiosamente, en veinte años la policía no ha logrado detectar científicamente ni un caso positivo de burundanga.

Como el GHB, la burundanga es un líquido transparente, incoloro y sin olor, que puede presentarse también como un polvillo y que nuestro organismo elimina apenas entre dos y seis horas después de tomarlo. Por tanto, es muy difícil que una persona al que han echado burundanga en su copa tenga tiempo suficiente para recuperarse de esa droga, recuperar la lucidez e ir a hacerse un análisis antes de que pasen las seis horas, de ahí que no haya positivos.