La intervención de Rajoy se resume en la satisfacción personal y política de haber recibido un país en quiebra y legarlo ahora, según sus palabras, “erguido y decidido a avanzar”…Con una advertencia que da la clave en torno a la que pivotará todo el discurso popular, y que es la siguiente, “Todo irá bien si no nos equivocamos”. Votar a cualquier otro partido es, claro, la equivocación que España puede cometer.
Ha reclamado Rajoy para su partido ser el de las clases medias, gente moderada y nada dogmática. “No veo ninguna fuerza política capaz de enfrentarse al reto de futuro” que tiene el país. “Con toda humildad lo creo”, ha añadido.
Toda una reivindicación de la obra de su gobierno, el día que Rato tuvo que entregar al juez su pasaporte.