Estaréis negando con la cabeza. Por desgracia, vivís en una burbuja con una cámara de resonancia acoplada en la que estáis convencidos de que los estadounidenses no van a elegir como presidente a un idiota. Tenéis que salir de esa burbuja inmediatamente y enfrentaros a la verdad. Si creéis que Hillary Clinton va a ganar a Trump con datos, inteligencia y lógica, es que no os habéis quedado con nada de las 56 primarias en las que todos los candidatos republicanos probaron con todo, sacaron todos sus ases de la manga y no pudieron hacer nada para detener al gigante de Trump. ¿Quién es el candidato con los simpatizantes más furibundos? ¿Quién tiene unos fans capaces de levantarse a las cinco de la mañana el día de las elecciones? Ese es el nivel de peligro en el que nos encontramos.
Es la mente del hombre blanco en peligro de extinción. Después de haber tenido que pasar por ocho años en los que un hombre negro nos ha dicho qué hacer, ¿se supone que tenemos que aguantar ocho años en los que una mujer nos mangonee? ¡Después de eso serán ocho años de gais dirigiendo la Casa Blanca! ¡Y luego transexuales!
La cabina en la que se vota es uno de los pocos sitios que quedan en esta sociedad en el que no hay ni cámaras de seguridad, ni dispositivos de escucha, ni jefes, ni policías…Como si votas o a Mickey Mouse o al Pato Donald. Y precisamente por eso y por la ira que tienen algunos contra un sistema político inservible, millones de estadounidenses van a votar a Trump, y no porque estén de acuerdo con él ni porque les guste la intolerancia, sino porque pueden, simplemente. Para ver el mundo arder y hacer enfadar a papá y a mamá.”
¡4 meses tiene ese artículo!. Michael Moore merecía ser leído hoy porque nada de lo escrito o dicho en las últimas horas, analiza con tanta precisión por qué ha pasado lo que Moore ya sabía que pasaría y por qué.