Julia Otero
| 23.09.2015 16:37
Miles de niños nacieron en el mundo con graves malformaciones por culpa de un medicamento que recetaban a las embarazadas para evitar las naúseas. Aunque en el mundo ese medicamento fue retirado a finales de los años 60, en España siguió vendiéndose hasta bien entrada la década de los 70. Todas sus víctimas alemanas y de otros países europeos, sin brazos, o sin piernas, con todo tipo de deformidades, han recibido indemnizaciones millonarias de la farmaceútica. Salvo en España. Aquí ha prescrito. Lo dijo la Audiencia en el 2014 y hoy lo ha ratificado el Supremo. Ya solo les queda el tribunal Constitucional o el de Derechos humanos de Estrasburgo.
En un spot memorable, hace ya 1 año, las víctimas de la talidomida, aplaudían con sus muñones y felicitaban así a la farmaceútica Grunenthal, la gran favorecida por aquella sentencia. Y también por la de hoy. Cuando la justicia no se parece a lo que dictaminan los tribunales, algo va muy mal.