EN BUENAS MANOS

Diez claves para convivir con la celiaquía

Lo más frecuente es que se den síntomas intestinales como diarrea, hinchazón y dolor abdominal, pérdida de peso o malnutrición crónica –ya que el intestino delgado es incapaz de absorber correctamente los alimentos-. En los niños puede generar inhibición o retraso del crecimiento.

Redacción

Madrid | 19.05.2021 11:13

Diez claves para convivir con la celiaquía
Diez claves para convivir con la celiaquía | Redacción

Este 27 de mayo se celebra el Día Nacional del Celiaco, con el objetivo de dar visibilidad y apoyo a este colectivo, del que forma parte un 1% de la población, según la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE). Sin embargo, dentro de ese porcentaje de personas celíacas, se estima que un 85% no está diagnosticado, según Cinfa.

En palabras del doctor Julio Maset, experto médico de Cinfa, “la celiaquía no es una intolerancia al gluten, sino una enfermedad autoinmune que provoca que todo el organismo reaccione a esta proteína y a otras relacionadas y genere anticuerpos.

Lo más frecuente es que se den síntomas intestinales como diarrea, hinchazón y dolor abdominal, pérdida de peso o malnutrición crónica –ya que el intestino delgado es incapaz de absorber correctamente los alimentos-. En los niños puede generar inhibición o retraso del crecimiento.

Diez consejos para convivir con la celiaquía:

Evita el autodiagnóstico.

No inicies una dieta libre de gluten antes de que los exámenes médicos y los tests que se practican hayan confirmado la enfermedad, porque esto podría enmascarar o retrasar el diagnóstico.

Sigue una dieta sin gluten, pero rica y variada.

Basa tu dieta en alimentos naturales y frescos que no contengan esta proteína, como carnes, pescados, huevos, leche y derivados, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales como el maíz o el arroz.

Sé precavido con los alimentos elaborados.

Como norma general, debes eliminar de tu dieta los productos a granel, los elaborados artesanalmente, los que no estén etiquetados y no incluyan el listado de ingredientes, así como los alimentos envasados, porque en ellos es más difícil garantizar la ausencia de gluten o la contaminación cruzada.

Lee las etiquetas de los productos manufacturados.

Aproximadamente, el 70% de ellos contiene gluten. Por eso, lee siempre la etiqueta del producto, ya que los cereales, la harina, los almidones modificados, los amiláceos, la fécula, la fibra, los espesantes, la sémola, las proteínas, las proteínas vegetales, el hidrolizado de proteína, la malta, el extracto de malta, la levadura, el extracto de levadura, las especias y los aromas pueden contenerlo.

Mantén una higiene adecuada al cocinar.

Preparar de manera inadecuada los alimentos puede generar una contaminación cruzada entre los que contienen gluten y los que no, poniendo en riesgo la salud de las personas celiacas. Para evitarla, debes manipular con precaución los alimentos, lavar y limpiar bien las encimeras, mesas y utensilios de cocina y almacenar los productos susceptibles de contener gluten separados del resto.

Prepara las comidas libres de gluten en primer lugar.

Por la misma razón, es recomendable cocinar las pastas con y sin gluten en recipientes separados y usar distintas cucharas para revolver. Evita freír alimentos sin gluten en aceites donde previamente se hayan frito productos que sí lo contienen.

Consulta los ingredientes y la manipulación de alimentos al comer fuera.

A la hora de acudir a restaurantes, las personas celiacas deben tener la precaución de informarse previamente sobre la forma de elaboración y los ingredientes de cada plato. Y no pasa nada si en una comida familiar o restaurante, consultas la posibilidad de llevarte tu comida en un táper.

Viajar sí, pero sin riesgos.

Si te alojas con amigos o familiares, debes explicarles cómo evitar la contaminación cruzada de los alimentos. Y no está de más llevar siempre algún producto sin gluten por si no encuentras restaurantes con opciones para celíacos.

Presta atención a los excipientes de los medicamentos.

Algunos fármacos pueden contener gluten, harinas, almidones u otros derivados en sus excipientes. No obstante, podrás saberlo siempre si consultas el prospecto, etiquetado o ficha técnica, ya que legalmente debe advertirse siempre si un producto contiene sustancias que puedan causar intolerancias o alergias.

Déjate asesorar por nutricionistas y asociaciones de pacientes.

Un buen nutricionista puede ayudarte diseñar una dieta equilibrada y variada que se adapte a tu estilo de vida. También las asociaciones de pacientes celíacos de tu comunidad pueden ser un gran apoyo: ellas podrán informarte sobre avances, listados de alimentos aptos y recomendaciones de restaurantes.