Acompañados de la Reina Sofía, don Felipe y doña Letizia han tenido ocasión de recibir allí a más asociaciones de carácter social, organizaciones no gubernamentales, fundaciones, profesionales de la cultura y representantes del sector primario de la economía balear, así como a las siete máximas autoridades políticas del archipiélago, con independencia de su color político.
Habían anunciado ya que declinaban la invitación tanto los representantes políticos de Podemos como los de MÉS, pero a la recepción han acudido los presidentes de los Consells de Mallorca, Miquel Ensenyat, y de Menorca, Maite Salord, pertenecientes ambos a la formación econacionalista, y también la presidenta del Parlamento autonómico, Xelo Huertas, militante del partido de Pablo Iglesias.
Los alrededor de 390 invitados superan en un 35 por ciento el número de convocados el pasado verano, en una muestra de la progresiva apertura hacia la sociedad del archipiélago que los Reyes desean consolidar y que ya hicieron visible hace un año, cuando sustituyeron por esta recepción la cena anual que ofrecían don Juan Carlos y doña Sofía a las autoridades de Baleares.
Al igual que en 2014, junto a las tradicionales autoridades políticas, judiciales, policiales y militares, don Felipe y doña Letizia han abierto las puertas de la Almudaina a empresarios, sindicalistas, jóvenes valores, deportistas, colectivos sociales e invitados del mundo académico, científico y de la comunicación, así como a representantes de las distintas confesiones religiosas.
Antes de entrar al palacio para dar la bienvenida a sus invitados, Felipe VI, la Reina Letizia y doña Sofía se han acercado a las cerca de quinientas personas que les aplaudían y vitoreaban ante la catedral tras las vallas de seguridad para dar la mano a algunas de ellas, no muy lejos de donde una veintena de manifestantes republicanos coreaban consignas antimonárquicas.
En el interior, los Reyes y doña Sofía han saludado a cada uno de los asistentes en el Patio de Honor y, ya en la recepción, han podido departir con ellos de pie, en pequeños grupos, como ocurrió el año pasado, gracias a un protocolo que favorece la comunicación con todos los invitados, a diferencia del de las tradicionales cenas.
Junto a los abiertamente republicanos Huertas, Ensenyat y Salord y la presidenta balear, Francina Armengol, que hace poco más de un año reclamó en la Ejecutiva Federal del PSOE un referéndum sobre la continuidad de la Monarquía, han acudido a la Almudaina el alcalde de Palma, el socialista Jose Hila, y los presidentes de los Consells de Ibiza, Vicent Torres (PSIB-PSOE) y Formentera, Jaume Ferrer (GxF).
La delegada del Gobierno en la Comunidad, Teresa Palmer, completaba el grupo de las principales autoridades políticas en esta recepción, a la que, como es habitual, han asistido responsables militares, policiales y de protección civil del archipiélago, entre ellos el comandante general de Baleares, Fernando Aznar.
En representación del mundo judicial, han saludado a los Reyes el presidente del Tribunal Superior de Justicia balear, Antonio Terrassa, y el fiscal superior de Baleares, Bartolomñe Barceló, mientras que, respecto a los grupos políticos del Ayuntamiento de Palma y el Parlamento autonómico, han asistido portavoces del PSIB, el PP y Ciudadanos.
En el ámbito económico, don Felipe y doña Letizia han tomado de nuevo contacto con representantes de patronales y sindicatos, de los principales grupos turísticos baleares, de las organizaciones de jóvenes empresarios y agricultores y de fabricantes de productos alimentarios con denominación de origen.
Los Reyes desean mostrar su apoyo a los productores del sector agroalimentario balear y a los divulgadores de la gastronomía de estas islas, objetivo con el que se ha encargado el "catering" de la recepción al joven restaurador mallorquín Andreu Genestra, un chef internacionalmente reconocido que favorece el trabajo de jóvenes reinsertados y promueve los productos locales.
Genestra, cuyo restaurante en Capdepera ha sido distinguido con una estrella Michelin, ofrece cocina mallorquina tradicional renovada con influencias exteriores y elabora sus platos con materias primas procedentes de su entorno cercano, algunas incluso de su propio huerto.