Todo ocurrió sobre las 23.20 horas cuando unos agentes municipales fueron requeridos por varios vecinos que alertaban que un perro había mordido a un niño de muy corta edad. Cuando llegaron los policías, comprobaron que el bebé presentaba una herida abierta en el espalda y llamaron a los servicios de emergencias.
A su llegada, los sanitarios del Samur-Protección Civil le practicaron los primeros auxilios y le trasladaron al Hospital de La Paz de Madrid, donde fue curado de sus heridas, que afortunadamente eran leves, ya que las heridas son superficiales y a nivel de piel.
Por su parte, la Policía Municipal comprobó que el can, de nombre Arda, era un American Stanford, una raza potencialmente peligrosa. El dueño se presentó poco después ante los agentes, presentando una póliza de seguro pero sin el resguardo del último recibo, que insistió en que había pagado.
Tampoco presentó la debida licencia especial para poseer un animal potencialmente peligroso. Por todo ello, y por dejarlo suelto y sin bozal, el propietario fue denuncia y los agentes pasaron las diligencias del caso al juez. Además, enviaron al perro al Centro de Protección animal para realizarle análisis y comprobar que no tuviera enfermedades, han indicado las mismas fuentes.