Un estudio publicado en la revista ‘Hypertension’, de American Heart Association, señala los riesgos que implica abusar de las siestas.
Los análisis observacionales han proporcionado pruebas de que el aumento de la frecuencia de la siesta puede representar un posible factor de riesgo causal de hipertensión. La posible asociación del aumento de la frecuencia de la siesta con el ictus isquémico fue respaldada por los resultados observacionales. En concreto, cifran en 12 por cento más de posibilidades de desarrolar hipertensión y un 24 por ciento de sufrir un ictus.
El estudio se ha llevado a cabo durante 15 años por investigadores en China que han tomado datos de la plataforma UK Biobank. Han obtenido informaciones de 360.000 británicos de 40 a 69 años que aportaron exámenes de orina, saliva y sangre de forma regular.
El problema de la siesta, no es la siesta en sí. El inconveniente es que las personas que duermen siesta, descansan peor por las noches. El descanso nocturno es fundamental para nuestro cuerpo ya que dormir poco aumenta el riesgo de sufrir patologías como diabetes, cáncer o depresión.
El estudio refleja que el perfil que más duerme la siesta son los hombre con niveles educativos e ingresos bajos. Ese perfil manifiesta un mayor consumo de tabaco y alcohol y presentan insomnio. Y subrayan que un aumento de frecuencia de las siestas, en categoría de nunca a a veces, por ejemplo, implicaba un aumento del riesgo de problemas de tensión en un 40 por ciento.
