Con los termómetros por las nubes y un verano que apenas acaba de comenzar, no son pocos los que buscan escapadas para refrescarse un poco en medio del tórrido ambiente.
En España estamos de suerte, ya que no hace falta ir a la costa para disfrutar de playas increíbles. Lagos, ríos y embalses esconden auténticos paraísos acuáticos en el interior del país, en cada comunidad puedes encontrar varios escenarios idílicos para relajarte. Si buscas escapadas refrescantes y diferentes, te presentamos las cinco playas de interior más espectaculares para descubrir este verano.
1. El Lago de Sanabria: Un pedazo de los fiordos en Zamora
En el corazón de la provincia de Zamora, el Lago de Sanabria emerge como un espectacular vestigio glaciar, siendo el mayor lago natural de origen glaciar de la Península Ibérica. Con sus aguas frías y cristalinas rodeadas de frondosos bosques y montañas, este entorno de cuento parece transportarte a los paisajes nórdicos sin salir de Castilla y León.
La Playa de Custa Llago, con su arena fina y aguas poco profundas, es el lugar perfecto para familias, mientras que los más aventureros pueden explorar zonas más salvajes como la Playa de los Enanos o adentrarse en kayak por sus tranquilas aguas. El Parque Natural del Lago de Sanabria, que lo protege, ofrece además una red de senderos con miradores espectaculares, como el Balcón de Santa Cristina, donde las vistas del lago te dejarán sin aliento.
Además, cuenta con áreas de baño vigiladas en verano y servicios turísticos en la cercana Puebla de Sanabria. Este lago es una joya natural que combina historia, mito y una belleza paisajística única.
2. Aquí sí hay playa: el Embalse de San Juan (Madrid)
A menos de una hora de la capital, el Embalse de San Juan se ha convertido en el refugio veraniego favorito de los madrileños. Con más de 14 kilómetros de orillas arenosas y aguas cristalinas, este enorme pantano ofrece un auténtico ambiente playero en pleno interior de España. Las zonas más populares son la Playa de Virgen de la Nueva, con su extensa área de arena dorada, y la Playa del Muro, ideal para deportes acuáticos.
Lo que hace especial a este enclave es su versatilidad: puedes pasar el día tomando el sol como en cualquier playa mediterránea, practicar paddle surf, kayak o motos acuáticas, o simplemente disfrutar de un pícnic junto al agua. Con chiringuitos, áreas de sombra y servicios bien equipados, el Embalse de San Juan demuestra que no hace falta ir a la costa para vivir un auténtico día de playa. Además, su cercanía a Madrid (solo 70 km) lo convierte en el plan perfecto para escapar del sofocante calor estival de la ciudad.
Durante los meses de verano, el ambiente es vibrante pero sin masificaciones, manteniendo ese equilibrio perfecto entre diversión y tranquilidad. Sin duda, una de las mejores alternativas playeras del interior peninsular.
3. Las Lagunas de Ruidera: el oasis manchego
En el límite entre Albacete y Ciudad Real, el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera despliega una sucesión de 15 lagunas escalonadas conectadas por cascadas y arroyos, creando un espectáculo acuático único en España. Sus aguas turquesas, que cambian de tonalidad según la luz del día, contrastan con el paisaje árido de La Mancha, convirtiendo este espacio en un auténtico oasis donde parece haberse colado un trozo del Caribe.
La Playa de la Laguna del Rey, con su arena blanca y aguas poco profundas, es perfecta para familias, mientras que la Laguna Coladilla atrae a los amantes del snorkel por su transparencia. Los más aventureros pueden explorar saltos de agua como la espectacular Cascada del Hundimiento o recorrer en kayak los canales que unen las lagunas. El parque ofrece además rutas de senderismo como la que lleva al Castillo de Peñarroya, con vistas panorámicas sobre este sistema lacustre declarado Reserva de la Biosfera.
Ideal para quienes buscan un destino diferente, donde puedes alternar el senderismo, la observación de aves acuáticas o simplemente flotar en aguas transparentes rodeadas de juncos y eneas. Un capricho geológico que demuestra que La Mancha guarda mucho más que molinos y campos de cereal.
4. Orellana: una playa de bandera en Extremadura
En el corazón de la árida Extremadura, la Playa de Orellana emerge como un auténtico milagro acuático, siendo una de las pocas playas de interior en España que ha conseguido izar la Bandera Azul durante más de una década. Con más de un kilómetro de fina arena dorada bañada por las aguas dulces del embalse de Orellana, este rincón ofrece una experiencia casi marina en plena tierra extremeña.
Lo que hace única a esta playa es su excepcional combinación de servicios y naturaleza. Cuenta con zonas de baño delimitadas, duchas, pasarelas de acceso adaptado y una completa oferta de chiringuitos y restaurantes donde degustar la gastronomía local. Mientras los más tranquilos disfrutan del sol en sus amplias orillas, los amantes de la adrenalina pueden practicar windsurf, kitesurf o piragüismo, aprovechando los vientos constantes que azotan la superficie del embalse.
El entorno, un ecosistema privilegiado y protegido como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), permitiendo avistar especies como garzas reales o águilas pescadoras mientras te das un baño. Al atardecer, la playa se transforma cuando la luz dorada tiñe las aguas y los olivares que rodean la zona.
5. El Pantano de Alloz: un refresco entre viñedos
En plena Navarra, donde los viñedos se funden con las montañas, el Pantano de Alloz emerge como un sorprendente remanso de agua turquesa. Conocido cariñosamente como "el mar navarro", este embalse ofrece un lugar ideal donde bañarse en aguas transparentes vigiladas por socorristas durante los meses de verano.
Lo que hace especial a este rincón es su capacidad para transportarte a un escenario casi mediterráneo, con la posibilidad de practicar vela, paddle surf o simplemente flotar contemplando las suaves lomas de los valles de Yerri y Guesálaz.
El entorno, salpicado de viñas y pequeños pueblos vinícolas, invita a completar la jornada con una cata de los afamados vinos de la zona.
Con fácil acceso desde Pamplona y servicios básicos que incluyen merenderos y alquiler de embarcaciones, el Pantano de Alloz se ha convertido en el plan perfecto para escapar del calor estival sin renunciar al placer de un buen baño.

