Sociedad Española de Neurología (SEN)

Aumentan un 25% los casos de ictus en menores de 65 años

En España, se producen cada año 120.000 nuevos casos de ictus y mueren 27.000 personas. Dos de cada tres que han padecido esta enfermedad tienen más de 65 años, pero en las últimas dos décadas han aumentado un 25% el número de casos entre las personas de entre 20 y 64 años, según datos de la Sociedad Española de Neurología.

Agencias

Madrid | 29.10.2019 11:14 (Publicado 28.10.2019 10:04)

Ictus hemorrágico
Radiografía del Ictus hemorrágico | Agencias

El ictus es la primera causa de mortalidad en la mujer y la tercera en el hombre en España. Dos de cada tres personas que sobreviven a un ictus presentan algún tipo de secuela, en muchos casos discapacitante y sólo el 10% de los pacientes con discapacidad por ictus reciben alguna prestación económica.

Este martes, se celebra el Día Mundial del Ictus y, según datos del Atlas de Ictus en España 2019, elaborado por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN junto con Bristol Myers Squibb y Pfizer, el 59% de los pacientes que han tenido un ictus tienen problemas para realizar sus actividades cotidianas, más de un 62% tienen problemas de movilidad, un 64% sufren dolor y malestar y un 36% percibe su estado de saludo como malo o muy malo.

"Actualmente más de 650.000 españoles se han visto afectados por un ictus y de ellos unos 350.000 presentan alguna limitación en su capacidad funcional como consecuencia de éste. Y si comparamos las secuelas de esta enfermedad con las de otras enfermedades crónicas, las personas que han padecido un ictus tienen una peor percepción de su estado de salud, presentan un mayor riesgo de problemas mentales y se ven más afectados en las distintas dimensiones de la calidad de vida, especialmente en aquellas referentes a la movilidad, la realización de actividades cotidianas y en la sensación de dolor o malestar", explicó la doctora María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN.

Dos de cada tres personas que han padecido un ictus en España tienen más de 65 años. Y son precisamente este grupo de pacientes los que presentan con mayor frecuencia dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria después del ictus. El 44% de las personas mayores de 65 años que han sufrido un ictus tiene dificultades para ducharse o bañarse sin ayuda y el 56% para realizar tareas domésticas ligeras. Unos porcentajes que casi duplican a los de otras enfermedades crónicas, tumores, o accidentes.

"No obstante, aunque la edad es un factor de riesgo importante, el ictus no solo afecta a las personas mayores. En las últimas dos décadas han aumentado un 25% el número de casos entre personas en edades comprendidas entre los 20 y 64 años y un 0,5% de los casos se dan en personas menores de 20 años", destacó la doctora Alonso de Leciñana.

En España, el coste total medio por paciente que ha sufrido un ictus es de 27.711€ al año, de los que el 67% corresponderían a costes directos no sanitarios, el 31% a costes directos sanitarios y el 2% restante a costes indirectos. El coste total de los nuevos casos de ictus en España supondría cada año 1.989 millones de euros, siendo gran parte de esos gastos asumidos por la familia.

"Lo que parece claro es que, a pesar de que en los últimos años ha disminuido la mortalidad y también la incidencia de ictus gracias a la prevención, detección precoz y mejora de la atención neurológica especializada con el desarrollo de las Unidades de Ictus, el aumento de la esperanza de vida y las previsiones de envejecimiento de la población hará que las cifras de afectados vuelvan a aumentar. Ello justifica la necesidad de optimizar la asignación de recursos para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes con ictus, para reducir el impacto de esta enfermedad", señaló la doctora Alonso de Leciñana.

Constantes y Vitales ha lanzado una campaña de información y sensibilización para prevenir el ictus, una enfermedad cada vez más presente y desconocida. En España, casi 120.000 personas lo sufren cada año y afectará a una de seis personas a lo largo de su vida. Entre las consecuencias que puede provocar, la muerte o una discapacidad grave.