Marruecos es visto por el ISIS como un socio de Occidente y, por tanto, como un enemigo. Este verano podían verse carteles en Al Raqqah con las banderas ensangrentadas a modo de advertencia de los países árabes o de mayoría musulmana que están contribuyendo, a juicio del grupo terrorista, a eliminar a sus combatientes, entre ellas la bandera de Marruecos.
Desde hace dos años la policía marroquí, muchas veces en colaboración con la española, ha desmantelado decenas de células de captación de combatientes o grupos que preparaban acciones en suelo marroquí. Pero este grupo podría seguir activo en el norte del país.