El exmantario, no obstante, aseguró que "no se mintió" y que en ese momento compartía los puntos de vista de Tony Blair, ex primer ministro británico: "de otro modo mi Gobierno hubiera adoptado otro enfoque".
"Creo que la decisión de ir a la guerra en Irak fue justificada en aquel momento y no me retracto de ello porque pensé que era la decisión correcta", subrayó Howard al canal australiano ABC.
El 18 de marzo de 2003, el entonces presidente estadounidense George W. Bush le pidió formalmente a Howard la participación de las tropas australianas en la intervención militar en Irak, que después se materializó con el envío de unos 2.000 soldados.
Ayer, John Chilcot, encargado de investigar el papel de Reino Unido en la invasión de Irak, reveló en un informe que la invasión de Irak, con el argumento de la existencia de armas de destrucción masiva, se realizó con pruebas de inteligencia "no justificadas" y sin haber agotado la opción pacífica.
La ministra australiana de Exteriores, Julie Bishop, rechazó este jueves que Howard deba disculparse ante el pueblo australiano por la decisión y apostilló que la medida también contó con el apoyo de la oposición laborista.
"Recuerdo bien que entonces Kevin Rudd (quien era el portavoz de Asuntos Exteriores de los laboristas) nos instaba a continuar nuestro apoyo a EEUU. Fue una postura bipartidista en relación a Irak", remarcó Bishop en declaraciones citadas por la agencia local AAP.
"El Gobierno australiano, tanto laboristas como liberales y el Parlamento australiano serían responsables", expresó la ministra al canal 7 de la televisión local, al defender la participación australiana y al enfatizar que la decisión se tomó en base a la información disponible.
Por su lado, el actual diputado australiano y exanalista de inteligencia Andrew Wilkie pidió que tanto Howard como el ministro de Exteriores de la época, Alexander Downer, sean responsabilizados por la participación de Australia en Irak.
Wilkie, cuyo apoyo puede ser decisivo para la formación de un eventual Gobierno minoritario en Australia tras los comicios del sábado, reclamó que se abra en su país una investigación como la de Chilcot.
"Voy a abordarlo con quienquiera que sea el próximo primer ministro", dijo Wilkie a reporteros en Melbourne.