Junto al jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el general Joseph Dunford, y el enviado del Departamento de Estado contra el Daesh, Brett McGurk, Mattis anunció un "cambio táctico" que no buscará desplazar a los yihadistas desde sus posiciones, sino "rodearlos".
La estrategia, que no solo afectará a Siria e Irak sino también a otros lugares con presencia del grupo yihadistas como Libia o Afganistán, persigue también que los combatientes extranjeros que se han sumado al Estado Islámico no puedan huir y regresar a sus países.
"Los combatientes extranjeros son una amenaza estratégica", apuntó Mattis, que dijo que "aniquilarán" esa amenaza para que no se desplacen y pongan en riesgo países desde Europa al sudeste asiático.
El jefe del Pentágono también matizó que las reglas de combate no cambiarán y se seguirá intentando lo posible para minimizar las víctimas civiles de los bombardeos y operaciones estadounidenses de apoyo a fuerzas locales en Siria e Irak.
El anuncio se da en la víspera del comienzo del primer viaje internacional de Trump a Arabia Saudí, Israel y Europa, donde la lucha contra el terrorismo yihadista será central en las conversaciones, especialmente en Riad y en la cumbre de la OTAN a la que asistirá en Bruselas.
Además, las fuerzas iraquíes están apunto de liberar totalmente la ciudad iraquí de Mosul, cuya caída hace casi tres años marcó el comienzo de la rápida expansión del Daesh en Siria e Irak.
Asimismo, fuerzas kurdas y árabes, aliadas de la coalición contra el Daesh, están preparando la ofensiva contra Al Raqa, principal feudo del grupo yihadistas en Siria.