En un adelanto de una entrevista que publica mañana de forma completa el Periódico de Cataluña, el presidente catalán afirma que parte del 1-O y del 27-O y que su propuesta es "intercambiar el 1-O y el 27-O por un referéndum acordado, legal, vinculante y reconocido internacionalmente".
Torra defiende que el 1-O hubo "un mandato democrático" y advierte: "Si al Gobierno de España no le parece una posición negociable, tiraremos adelante porque tenemos el mandato
democrático.
Está convencido de que en Cataluña hay una mayoría social a favor de la independencia, en base a los resultados del referéndum del 1 de octubre del año pasado y de los resultados de las dos últimas elecciones autonómicas.
Explica que estaría dispuesto a aceptar la invitación de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para comparecer en la Cámara Baja si recibe una invitación oficial y hay "un debate respetuoso y unas normas claras".
El presidente de la Generalitat cree posible conciliar su estrategia con la vía "unilateral", que promueven entidades como la CUP, porque comparten el objetivo de "hacer efectiva la república".
Reconoce que han tardado "unos meses en volver a recuperar la voz" porque el encarcelamiento de los líderes independentistas supone "una fuerte sacudida e impacto emocional" pero cree que ahora tienen la oportunidad de encontrar un camino conjunto "desde el exilio, las prisiones, el Govern y las organizaciones".
A pesar de las dificultades para lograr su objetivo de autodeterminación, Torra no renuncia a negociar al afirmar: "Nadie nos quitará la bandera del diálogo".
El presidente catalán defiende el proyecto de la Crida que impulsa su antecesor Carles Puigdemont, que ha sido rechazado por ERC y la CUP, del que asegura "tiene una ambición de acoger muchos matices, acentos y corrientes, y además un objetivo muy claro: alcanzada la república, este partido se disuelve".
Sobre la decisión de Puigdemont y otros exconsellers de optar por marcharse al extranjero para evitar su detención, asegura que hicieron bien, ya que "no han sido acogidos como fugitivos sino como unos líderes demócratas".
Cada día que los líderes independentistas están en prisión es para él "un acto de venganza" y reitera que no pueden aceptar "otra sentencia que la absolución", aunque no avanza qué supondrá esta determinación.
"No quiero poner el acento en los meses que vendrán, sino en la concienciación colectiva sobre lo que nos estamos jugando", indica.