Tras semanas atenazado por los escándalos judiciales que le salpican, el PSOE ha encontrado un resquicio por el que salir a respirar. La imputación del exministro de Hacienda del PP Cristóbal Montoro, figura clave del PP en los gobiernos de Mariano Rajoy y José María Aznar, ha ofrecido a Moncloa una oportunidad para contraatacar.
Moncloa lanza el contragolpe
El Gobierno ha centrado su discurso en el mensaje de que el Partido Popular se enfrenta ahora a su propio escándalo de corrupción y en que no hay equivalencia moral ni política entre cómo actúa la derecha y cómo responde la izquierda ante los casos judiciales. “El señor Feijóo no tiene agenda hoy, ¿verdad? Porque ver la montaña de corrupción sobre la que ha vivido y vive el Partido Popular da verdadera vergüenza”, señalaba el ministro Óscar López.
En línea similar, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señaló directamente a Feijóo y a Moreno Bonilla como responsables de rendir cuentas “por lo que ha ocurrido y lo que está ocurriendo en los tribunales con tantos y tantísimos altos cargos” de su partido.
Un coro de ministros
El ejecutivo no escatimó en voces para apuntalar este relato. Desde Yolanda Díaz, quien calificó como “una auténtica vergüenza” que el exministro de los recortes esté ahora imputado por corrupción, hasta Ernest Urtasun, portavoz de Sumar, quien calificó el llamado “milagro económico” del PP como “el milagro de la corrupción”.
La escenografía de ministros compareciendo en cadena refleja la intención de Moncloa de retomar el control de la agenda informativa. Un terreno que el PSOE había cedido al PP en las últimas semanas, precisamente por la cascada de escándalos que afectaban a sus filas. Y ahí entra una nueva estrategia, si hay corrupción en ambos lados, que se juzgue con la misma vara.
El silencio de Feijóo y el “y tú más” de siempre
Alberto Núñez Feijóo, que ha estado especialmente activo en sus críticas contra el PSOE en las últimas semanas, no compareció públicamente en toda la jornada. Una ausencia que el Gobierno no dudó en explotar.
En su lugar, el PP articuló una respuesta basada en tres ejes: rapidez, distancia y comparación. La baja de Montoro, aseguran, se gestionó en menos de 24 horas, muy lejos de los 16 meses que tardó el PSOE en desligarse de José Luis Ábalos. Además, recalcan que Montoro no tiene vínculo político actual con Feijóo, lo que diluye cualquier responsabilidad directa.
Sin embargo, el argumentario popular no evitó caer en lo que tanto critican: el “y tú más”. Elías Bendodo fue explícito al señalar la “preocupación” que muestra el partido “del marido de Begoña Gómez, del yerno de Sabiniano Gómez, del hermano de David Azagra, del jefe en el Gobierno de José Luis Ábalos y del jefe en el PSOE de Santos Cerdán”.

