La situación sorprende porque es la misma que vivió el propio Sánchez en 2016, pero desde el lado contrario cuando Mariano Rajoy -que entonces se sometía a la confianza de la Cámara- le pidió su abstención por "responsabilidad de Estado".
La respuesta del líder socialista fue muy dura y dejaba claro que sus motivos para decirle 'no' eran superiores a la "responsabilidad de Estado" que le pedía Rajoy.
"Si por una mal entendida responsabilidad de Estado tuviéramos que apoyar su candidatura a la Presidencia, esa sería la misma razón por la que más tarde tendríamos que aprobar los Presupuestos o por la que tendríamos que mantener una legislación laboral aprehensiva o por la que tendríamos que aceptar sus recortes sociales", decía Sánchez durante el debate de investidura del candidato popular.
El actual presidente del Gobierno en funciones aseguraba que "siempre por el bien de España" tendría que acatar las peticiones de Rajoy: "pero el bien de España entendido conforme a sus criterios".
Por esta razón, Sánchez le dijo a Rajoy que la respuesta del grupo parlamentario socialista a su investidura era un "no rotundo".