Elecciones del 26M: una segunda vuelta para medir la hegemonía de la izquierda y el liderazgo en la derecha
El PSOE quiere "rematar la faena"; PP, intenta la "remontada"; Cs, seguir creciendo; Podemos, ser llave de gobiernos y Vox, ganar peso municipal
Los partidos han abordado esta campaña electoral para las municipales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo como una segunda vuelta de las elecciones generales que tuvieron lugar el pasado 28 de abril, para medir y consolidar la hegemonía de la izquierda y determinar el liderazgo dentro de las derechas.
Esta ha sido la tónica que ha marcado los diferentes actos de campaña de los líderes de los distintos partidos. Así lo ha hecho Pedro Sánchez, quien ha llamado abiertamente durante estos días a "rematar la faena"; también Pablo Casado, que ha reclamado el retorno del voto que se fue a Vox para lograr la "remontada" y mantener el liderazgo de la derecha. Mientras que Podemos ha tratado de mantener el poder municipal que ganó en 2015 y Ciudadanos y Vox han peleado por seguir captando voto popular y minar el liderazgo de Pablo Casado.
Durante estos quince días de campaña, el mensaje en clave europea ha quedado muy diluido por la coincidencia con los comicios municipales y autonómicos, aunque sí ha habido una advertencia generalizada de los partidos tradicionales en los debates, tanto en los celebrados en España como el que tuvo lugar en Bruselas entre los candidatos europeos a la Comisión. Se trata del temor a que los distintos partidos de ultraderecha y euroescépticos sigan creciendo en el Parlamento Europeo y puedan llegar a lograr el 33 por ciento del mismo, ya que en ese caso muchas decisiones que se deben adoptar por mayoría cualificada podrían quedar bloqueadas.
En el terreno nacional, la situación de Cataluña ha seguido marcando el debate y los reproches entre los partidos. Sobre todo en la recta final de la campaña, con la asistencia a la constitución de las Cortes de los políticos catalanes presos por el referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre de 2017 en Cataluña.
La fórmula utilizada por los independentistas para acatar la Constitución apelando a la defensa de los presos y el saludo del líder de ERC, Oriol Junqueras al presidente, Pedro Sánchez, volvieron a incendiar el debate entre izquierdas y derechas, con Albert Rivera tratando de capitalizar las quejas en el Pleno del Congreso.
"Tenemos que hablar", le dijo el dirigente independentista a Sánchez. Ante lo que el jefe del Ejecutivo respondió: "No te preocupes". Una frase en la que se han basado los partidos de derechas para acusar al jefe del Ejecutivo de tener preparado el indulto para que Junqueras le ayude a seguir en la Moncloa.
La pelea se recrudeció a dos días de finalizar la campaña a raíz de la decisión de la nueva presidenta del Congreso, la catalana Meritxell Batet, de pasar al Tribunal Supremo la pelota de la decisión de suspender a los políticos presos, a pesar de que el Tribunal que los está juzgando había emitido un auto indicando que la Cámara podía aplicarles la suspensión prevista en la Ley.
Pero, el Tribunal Supremo se mantuvo firme en su decisión de que fuera el Parlamento quien adopte y ejecute la suspensión. Así se lo comunicó a la presidenta de la Cámara. Batet, finalmente pidió un informe a los letrados de las Cortes, que avalaron la suspensión y el viernes, fue acordada por la Mesa.
Pero el intento de pasar la pelota al Supremo sirvió de nuevo para avivar las acusaciones de Cs, PP y Vox contra el Gobierno y Batet. Los populares amenazaron con reprobar a la recién estrenada presidenta del Parlamento y llevarla a los tribunales por "prevaricación y desobediencia" si no suspendía de inmediato a los presos "golpistas". Mientras que Cs pidió a Batet que se dejara de "excusas baratas" y Vox reclamó revocar la condición parlamentaria de los diputados presos por "fraude de ley" en el acatamiento.
El asunto de Cataluña ha protagonizado incluso el debate a nueve de los candidatos europeos que se celebró en RTVE a tres días del final de campaña. Los intervinientes en nombre de Junqueras y de Puigdemont no cejaron, a lo largo de las dos horas que duró, de recriminar la situación de éstos calificándolos de "presos políticos", lo que provocó encendidas respuestas por parte de los candidatos de PP, PSOE, Ciudadanos y VOX.
Las estrategias de los partidos para estos comicios han convertido la campaña en una segunda vuelta, como se ha puesto de manifiesto con la llamada de Pedro Sánchez a la movilización para "rematar la faena" de las generales y que el cambio "sea rotundo" en toda España.
Para ello ha vuelto a agitar el discurso de los pactos entre las tres derechas como hizo en las generales, aunque tardó unos días en arrancar la campaña, ya que el inicio de ésta coincidió con el fallecimiento de Rubalcaba.
Podemos, por su parte, ha medido mucho sus intervenciones pensando en una posible negociación con el PSOE para un gobierno de coalición, aunque eso sí, intentado lograr mas apoyo para hacerse con la llave de los gobiernos regionales y municipales que pueda pactar con el PSOE.
El líder morado ha participado de la campaña pero no ha tenido presencia en las plazas de algunos ayuntamientos del cambio en los que Podemos ha perdido peso en favor de apuestas mas personales, como en Madrid o Zaragoza.
Por el lado de la derecha, la pelea por disputarse los votos ha continuado entre Casado y Rivera y en menor medida, de Abascal. El líder popular se ha volcado en la campaña, con hasta 5 actos diarios, para retener el liderazgo de la derecha y ha apelado a la "remontada" citando expresamente a Rafa Nadal o al Liverpool en la Champions contra el Barça.
Ha advertido de que se trata de una "segunda oportunidad" para recuperar voto que se fue a VOX y a Cs y para ser el "contrapeso" de la izquierda y que esta no tenga todo el poder. En este sentido, ha recordado la actuación de los gobiernos autonómicos y municipales del PP que bajaban impuestos para compensar las subidas de impuestos que hacía Zapatero.
El dirigente popular se ha volcado especialmente en Madrid como "feudo clave", después del sorpasso que le hizo Cs en la comunidad el 28A, por el riesgo de perder la comunidad --para lo que ha atacado a Gabilondo como amenaza de "sablazo fiscal"-- y la oportunidad de lograr el ayuntamiento de la capital. Aunque el líder 'azul' también ha hecho patentes sus temores de que Ciudadanos pueda pactar con el PSOE en otras comunidades como Murcia, Aragón, Castilla La Mancha o Castilla y León.
De hecho, los de Rivera se han mostrado ambiguos en la campaña sobre los posibles pactos. Y en su pelea con el PP por el liderazgo de la derecha --se han presentado como el "verdadero voto útil"-- también se han volcado en Madrid, en apoyo de su candidata al Ayuntamiento de la capital, Begoña Villacís y de la comunidad, Ignacio Aguado, quien además, lleva en su lista al expresidente madrileño y exdirigente popular Ángel Garrido.
Los 'naranjas' también se han ofrecido como "dique de contención" del Gobierno de Pedro Sánchez y su posible alianza en coalición con Pablo Iglesias y para ello han ofrecido bajar el IRPF en las regiones donde formen parte del Gobierno, para compensar las subidas de impuestos que haga el gobierno socialista.
El partido de Santiago Abascal, por su parte, ha dado un giro a la estrategia de campaña y ha organizado actos más pequeños, frente a los grandes y los llenazos de las generales y ha evitado los ataques frontales contra el PP. Evitar la movilización de la izquierda y lograr poder municipal y autonómico han estado entre los objetivos para estos comicios.
Para ello, han pedido a sus candidatos municipales y regionales que se movilizaran y dieran a conocer, en detrimento de la presencia de Abascal. En el ámbito europeo, su apuesta ha sido la de recuperar soberanía para los estados.