Son personas voluntarias que afrontan esta crisis sanitaria y socioeconómica no de perfil, sino dando la cara. Por poner cara a estas historias nos quedamos con dos ejemplos, dos historias positivas personales de voluntariado en Cruz Roja: una profesora de primaria, de las aulas a casa, teletrabajando pero además con ganas de hacer algo más por los demás y por ello emplea pàrte de su tiempo desde casa con llamadas de agradecimiento y el otro caso es el de Anabel Gómez que trabaja en una bodega riojana pero ahora en casa, unas vacaciones forzosas que dan tiempo a poder colaborar con entidades como Cruz Roja.