La Ermita de San Antonio de Carcaixent, dependiente de la parroquia San Francisco de Paula y San Antonio de Padua de esta localidad, ha cerrado al culto provisionalmente ante el desprendimiento de una de sus bóvedas o arcos de medio punto que se encuentran en la parte superior del interior del templo, entre el techo de escayola y el tejado.
La ermita, que fecha del siglo XVII y está situada en el barrio de Les Barraques, no presentaba hasta ahora desperfectos, ni grietas ni goteras, por lo que no se podía sospechar que hubiera daños en su estructura, según ha apuntado el párroco, José Miguel Peris, quién se ha felicitado de que este suceso "haya ocurrido un día en que el templo estaba cerrado y así no se ha tenido que lamentar daños personales a la feligresía".
Así, la ermita de San Antonio abría todos los lunes, para celebrar los llamados “lunes de San Nicolás” para rezar al santo, y los sábados, con la celebración de misas, y “este hecho ocurrió el martes”. El ruido provocado por la caída de la bóveda con parte de la talla del techo al suelo- destrozando gran parte de los bancos del templo- alertó a un vecino que inmediatamente avisó al párroco.
Ahora se va a proceder a, valorar los desperfectos, que también han sido supervisados por arquitectos municipales, e investigar las causas del desplome para conocer el origen del desprendimiento y poder realizar un proyecto de intervención.
“Aún no se saben las causas, pero todo apunta a un deterioro de la estructura del tejado del templo” que hasta ahora- durante todo este tiempo- no había sido rehabilitado. Además, “la talla de escayola del techo, colocada en el siglo XX, impedía ver las bóvedas que se encontraban ocultas por encima de éste y bajo el tejado de la iglesia”, señala el párroco.
Las celebraciones que hasta ahora acogía la ermita han sido trasladadas a la parroquia San Francisco de Paula y San Antonio de Padua, en donde ha sido llevada también la imagen de San Nicolás para que siga la tradición de los lunes de rezarle al santo.