El libro se remonta al año 711 cuando las huestes musulmanas tomaron Hispania por la fuerza de la espada y avanzan imparables. El reino visigodo de Toledo se desmorona y los nuevos amos toman su botín, ha informado La Esfera de los Libros en nota de prensa.
Entre los cientos de cautivos se encuentra Egilo, la altiva y orgullosa viuda de Rodrigo. Una mujer destinada a adentrarse en la anónima niebla del pasado que, sin embargo, se convertirá en pieza clave de un momento histórico convulso.
En Híspalis, las voces van y vienen. Las gentes corren y se marchan. Nadie va sin urgencia. Todos van veloces. La pausa no existe. La urbe palpita trayendo y llevando lo que dicen unos y otros.
En los carros, en los barcos por el río, entre los viajeros que caminan por las calzadas, las palabras vuelan. Llevan muchas historias sobre Egilo y Abdel Aziz, hijo del gran Muza Ibn Nusair, allá donde llegan. Algunas, hermosas y luminosas; otras, oscuras; otras, medianamente turbias.
Pero todas con una dudosa interpretación en función de quien las escucha. Circulan en latín y en árabe, y llegan a las iglesias, a las nuevas mezquitas, a las villas y los campamentos, y resultan imparables.
Hablan de una reina que pudo haber sido y no fue. De un reino que pudo haber existido y ya no. Mencionan también a una mujer valerosa y fiel, que mantiene la llama de un mundo que se resiste a desaparecer. Que apoya lealmente a un esposo que solo quiere lo mejor para sus gentes.
Dicen que la mirada de aquella pareja es tan revolucionaria que promete un mundo nuevo, que conectará el pasado y el futuro. Pero son solo palabras, apenas soplos de aire que no permanecen, que no se pueden atrapar.
'La última reina goda', del periodista y escritor David Yagüe, es una novela de pequeños y grandes personajes que asistieron al amanecer de un nuevo mundo, donde el peligro y las amenazas eran constantes. Porque, a veces, quienes apenas salen mencionados en las crónicas del pasado fueron los que estuvieron a punto de reescribir la historia en un tiempo en el que el destino no estaba marcado.
