Medio ambiente

Fuente-Álamo y su comarca se levantan contra el macrovertedero

Solicitan a las Administraciones que paralicen el proyecto de forma inmediata

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Fuente-Álamo y su comarca se levantan contra el macrovertedero
Fuente-Álamo y su comarca se levantan contra el macrovertedero | Asociiación Juntos por Fuente-álamo

Fuente-Álamo vivió este fin de semana una de las movilizaciones sociales más significativas de su historia reciente. Vecinos, agricultores, empresarios, asociaciones y representantes públicos de toda la comarca se congregaron para expresar un rechazo claro, firme y unánime al proyecto de macrovertedero y planta de gestión de residuos que se pretende instalar en el término municipal. La concentración, convocada por la Asociación Juntos por Fuente-Álamo, dejó un mensaje inequívoco: este proyecto no cuenta con licencia social, territorial ni económica, y supone una amenaza directa para la salud, el agua, la agricultura y el futuro del mundo rural.

Uno de los mensajes más potentes de la jornada fue la unidad institucional alcanzada. Alcaldes de distintos municipios y sensibilidades políticas han dicho alto y claro que este proyecto no es bueno para la comarca y que no encaja con el modelo de desarrollo que defienden para sus vecinos. Han manifestado públicamente su rechazo Josefa Montes, alcaldesa de Fuente-Álamo; Jesús López, alcalde de Ontur; Joaquín Martínez, alcalde de Montealegre; Francisco Mansilla, alcalde de Albatana; y Estefanía Escribano, alcaldesa de Tobarra. Todos ellos han coincidido en una idea esencial: cuando se trata del agua, de la salud y del futuro de los vecinos, no hay colores políticos, solo responsabilidad.

La movilización dejó claro que este rechazo no es el capricho de unos pocos, ni una protesta puntual. Es un rechazo social, económico y territorial ampliamente respaldado por organizaciones clave. Ya han expresado su oposición entidades como Bodegas San Dionisio, cooperativa y almazara del pueblo con más de 1.500 socios y 5.000 hectáreas, Comisiones Obreras de Albacete, ASAJA, la Unión de Consumidores, el Consejo Regulador DOP Jumilla, la Ruta del Vino de Jumilla, Acrimur, la Asociación de Enología de Castilla-La Mancha, y asociaciones y colectivos de la comarca, entre otras. En los próximos días se esperan nuevos posicionamientos de comunidades de regantes, cooperativas agrícolas, organizaciones agrarias, asociaciones hosteleras, industrias agroalimentarias y universidades, ante los riesgos que el proyecto plantea para los recursos hídricos, la agricultura, el empleo y la imagen del territorio.

Las fechas elegidas para esta movilización no fueron casuales. Coinciden con días en los que regresan al pueblo quienes tuvieron que marcharse a estudiar o trabajar fuera, días de reencuentros familiares y de memoria compartida. Por eso el mensaje fue especialmente profundo: no se defiende solo un trozo de tierra, se defiende el pasado, pero sobre todo el futuro de quienes quieren quedarse o volver. Porque un pueblo no son solo casas; un pueblo es vida, calma, trabajo, familia e identidad. Y un macrovertedero rompe ese equilibrio de forma irreversible.

Durante el acto se habló con claridad y sin eufemismos. Lo hicieron tanto el presidente de la asociación juntos por Fuente-Álamo, Rosendo Hellín como como el vicepresidente, Carlos Cerdán. El proyecto implica riesgos reales para los acuíferos y el agua de la que depende toda la comarca, amenaza directamente a viñedos, olivos y tierras agrícolas, deprecia el valor de viviendas y negocios y ahuyenta cualquier iniciativa vinculada al turismo, la hostelería o nuevas inversiones sostenibles. Las preguntas resonaron con fuerza en la plaza: quién quiere comprar una casa junto a un macrovertedero, quién quiere sentarse en la terraza de un bar rodeado de malos olores, qué empresa responsable va a invertir en un pueblo estigmatizado por la basura. La conclusión fue compartida por todos: aquí no se habla de ideología, se habla de sentido común.

La asociación explicó también con transparencia la situación real del expediente administrativo. El proyecto sigue en fase administrativa previa. A día de hoy no existe autorización concedida, pero el procedimiento no está cerrado y este es un momento decisivo. Se han mantenido reuniones oficiales tanto en Albacete como en Toledo con responsables provinciales y autonómicos en materia de medio ambiente. Desde la administración se ha trasladado una posición de neutralidad, entendida como intermediación entre el promotor privado y el territorio. Desde la asociación se respondió con respeto, pero con firmeza: no es lo mismo el interés económico de una empresa privada que el derecho de un pueblo a su salud, a su agua y a su futuro. Cuando se trata de medio ambiente y salud pública, la equidistancia no protege al más débil.

Se recordó que la decisión final dependerá de informes técnicos, especialmente ambientales, agrarios, hidrológicos y, de manera muy relevante, socioeconómicos. Y en ese punto entra todo el pueblo. Los afectados no son solo los terrenos donde se quiere ubicar el vertedero, sino agricultores, hosteleros, empresas, familias, jóvenes y mayores. Por eso se hizo un llamamiento directo a la participación activa: hacerse socio de la asociación, firmar en contra del proyecto, apoyar las movilizaciones y, cuando se abra el plazo administrativo de 30 días, presentar alegaciones. Las alegaciones son formales, registradas y fundamentales para acreditar el impacto real del proyecto. Desde la asociación y los ayuntamientos se ofrecerá ayuda para prepararlas y presentarlas, porque son una herramienta imprescindible para frenar el proyecto.

Client Challenge

El acto concluyó con un mensaje que resume el sentir de toda la comarca. Cuando se autoriza un macrovertedero no se decide solo dónde va la basura; se decide dónde no habrá futuro. Fuente-Álamo y su entorno han demostrado que no están dormidos, que existe una sociedad informada, unida y dispuesta a defender lo suyo. No se piden privilegios, se pide respeto. Respeto por el mundo rural, por quienes viven, trabajan y cuidan esta tierra cada día. Defender Fuente-Álamo no es ir contra nada, es ir a favor de la vida, del futuro y de la dignidad de las próximas generaciones. Y el mensaje final fue claro y compartido: no se van a rendir, no se van a callar y no van a permitir que se decida por ellos algo que hipotecaría décadas de futuro.