1-2. El Mallorca sentencia a balón parado en los 8 últimos minutos

El encuentro comenzó intenso y con el filial blanco buscando arriba la referencia de Willian José, que después de su triplete en Huelva la semana pasada fue el elegido como titular en detrimento de Raúl De Tomás. De hecho fue él quien tuvo la primera ocasión clara gracias a un disparo que se marchó desviado por poco.

Ahí terminó su aportación, ya que cuando sólo se llevaba un cuarto de hora de choque fue expulsado tras una acción en la que impactó con un brazo en la cara de Agus al recibir una entrada por detrás del jugador del Mallorca.

A partir de ese momento el duelo se difuminó por las dificultades de los locales para hacer ocasiones sin un nueve puro y la falta de iniciativa del Mallorca a la hora de pisar el área.

En la segunda parte el Castilla recompuso la estructura y generó un dominio que, sin ser claro, al menos resultaba persistente. Pese a ello fue el contrario quien avisó primero con un gol anulado a Gerard por posible fuera de juego tras la asistencia de Thomas.

Ese lance pudo alterar el sino del enfrentamiento. No lo hizo y el fútbol, caprichoso, premió al Castilla en su siguiente acercamiento. Noblejas, en su versión más ofensiva, recogió un balón en el centro del campo y fue sorteando rivales hasta la frontal. Al llegar, entregó una gran asistencia para Aguza, cuyo golpeo impactó en el palo. Lucas, atento al rechace, adelantó a los suyos.

Con el Mallorca noqueado e incapaz de crear peligro, el destino parecía ya sellado. Falsa alarma pues sin esperarla, la locura hizo acto de presencia. En apenas cinco minutos dos saques de esquina de los bermellones acabaron en la red. El primero tras encontrarse Hemed un balón dentro del área; y el segundo de forma espectacular al recoger Thomas un saque en corto y golpear con efecto a la escuadra desde un lateral.

No había acabado aún la película de terror para el Castilla, que aún dispondría en el tiempo de descuento de un penalti al señalar el colegiado un derribo de Kevin sobre Lucas. Ejecutó Mascarell y detuvo Miño dando tres puntos de oro a los baleares.