Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, la investigación se inició con la denuncia de la víctima, una vecina de Gijón de 26 años. Había recibido multitud de mensajes de desconocidos que querían tener relaciones sexuales con ella. En respuesta a un supuesto anuncio que había colgado en una aplicación de mensajería.
La afectada comprobó que, sin su autorización, utilizando sus datos personales y su fotografía, se había subido un anuncio a una página de contactos. Se puso en contacto con los responsables de la página para que fuera retirado por vulnerar su intimidad.
Pocos días después volvió a recibir nuevos mensajes y pudo comprobar que se había publicado otro anuncio prácticamente idéntico, por lo que esta vez decidió denunciarlo.
Los agentes indagaron que los datos personales de la víctima y su fotografía habían sido copiados de otra red social a la que solo tenían acceso los amigos o personas autorizadas por la denunciante.
Tras comprobar las conexiones de Internet utilizadas en las publicaciones de los anuncios fraudulentos, se pudo averiguar la identidad de la persona que lo había hecho. El arrestado no quiso explicar las razones, si bien no conocía en persona a la joven y solo habían intercambiado algún mensaje por redes sociales.