El Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado un nuevo protocolo que permitirá gestionar a nivel municipal la inhumación o incineración de las personas que mueren sin allegados o familiares. Establece que los hospitales notificarán esas situaciones y realizarán la inscripción ante el Registro Civil, mientras que la Hermandad de la Sangre de Cristo se encargará de llevar los cuerpos al Cementerio de Torrero.
Esta es una de las medidas adoptadas para reforzar los servicios funerarios y hacer frente a la mortalidad derivada de la crisis sanitaria, pero hay otras. Por ejemplo, se ha ampliado el número de incineraciones diarias de 24 a 28 y se han contratado nueve operarios, además de tres personas para el área de administración.
El consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, ha explicado que el pico de fallecimientos se registró el 29 de marzo, cuando se depositaron 90 cadáveres en Torrero, que tiene capacidad para almacenar 204. Por eso no ha sido necesario recurrir a los tanatorios privados, con cuya colaboración se contaría en caso de un repunte de casos de fallecimiento. También hay nichos suficientes disponibles para las inhumaciones, unos 2.000 aproximadamente.
Serrano también ha informado de que, pese a que Madrid lo solicitó, finalmente no ha sido necesario cremar cadáveres de otras Comunidades. Además, se están desarrollando obras para ampliar el cementerio musulmán.
