Sin embargo, hay cifras que nos hacen apelar a la responsabilidad. En la última semana, la tasa de positividad de las pruebas diagnósticas en Aragón es del 18%, la más alta del país y la ocupación en las UCI’s es del 21%. El proceso de vacunación sigue avanzando, aunque de manera desigual depende del tramo de edad. Los más reacios son los aragoneses de 25 a 29 años. Hace ya varias semanas que se abrió la cita para la inmunización y sólo el 55% ha recibido la primera dosis y el 22% la pauta completa. Le superan otros grupos de edad que tuvieron la oportunidad de vacunarse más tarde.
En cambio, en el tramo de 12 a 19 años, el 31% de los chavales ha recibido el primer pinchazo y el 10% los dos. Además, entorno al 60% ya ha solicitado cita para la vacuna. La mayoría quieren comenzar ya el curso inmunizados para retomar cuando antes la vida normal. Por eso, animan a sus compañeros a vacunarse.
Las residencias de ancianos se están encontrando con algunos problemas entre los trabajadores no vacunados y que tampoco quieren realizarse una pruebas diagnóstica cada 72 horas, tal y como marca el Gobierno aragonés. Es un requisito indispensable para desempeñar su labor. Son casos aislados, pero que ponen en jaque al funcionamiento de esos centros.
De momento, el Departamento de Derechos Sociales va a enviar una advertencia a esos trabajadores sobre posibles sanciones, si no cumplen con esta norma. La presidenta de la Asociación Aragonesa de Residencias, María Emilia Bergasa, señala que además carecen de los medios para realizar esos test cada 72 horas.