El corredor del valle del Ebro constituye la vía natural para el transporte por carretera desde el Mediterráneo hacia la cornisa Cantábrica, por lo que la conversión en autovía de la carretera N-232 constituye una actuación indispensable para aumentar la capacidad y mejorar la seguridad vial en un itinerario con gran intensidad de tráfico de vehículos pesados, como reconocen fuentes de Fomento en una nota de prensa.
El proyecto tiene como objetivo la definición de las obras de duplicación de calzada del tramo de carretera convencional N-232 correspondiente a las variantes de El Burgo de Ebro y Fuentes de Ebro y del tramo de carretera N-232 que las une, para su conversión en un nuevo tramo de la Autovía del Ebro (A-68). El tramo se encuentra comprendido en el itinerario de la carretera N-232, de Vinaroz a Santander, entre los kilómetros 206 y 224, aproximadamente, con una longitud de actuación de 18,7 km.