RECUPERAN SU ESTÉTICA DE 1917

Restauradas las fuentes de los Jardines de Murillo

El Ayuntamiento de Sevilla ha terminado los trabajos de recuperación y rehabilitación de las cuatro fuentes ornamentales de los Jardines de Murillo, en los últimos metros del Paseo Catalina de Ribera, con nuevas piezas que devuelven la estética original del conjunto. Este proyecto ha sido posible gracias a un amplio estudio de investigación que ha facilitado la restitución de las piezas según su imagen original en este enclave diseñado por Juan Talavera Heredia en 1917 y que se popularizó con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Se ha recopilado numerosa documentación de los archivos municipales, así como de diferentes depósitos privados, colecciones y similares.

Juancho Fontán

Sevilla | 06.02.2023 07:50

Una de las fuentes de los Jardines de Murillo
Una de las fuentes de los Jardines de Murillo | Ayuntamiento de Sevilla

Los Jardines de las Cuatro Fuentes, como inicialmente era conocido este espacio, se popularizaron en la década de los 30 cuando era frecuentemente visitados por los sevillanos para hacerse fotografías y álbumes familiares antes de emprender su camino al Real de la Feria de Abril. En base a una amplia documentación compilada se programaron estos trabajos que descartaban piezas anteriores con importantes daños para rescatar su diseño primario, respetando su catalogación como Bien de Interés Cultural y su adscripción urbanística al Real Alcázar.

Las obras de restauración de las cuatro fuentes, al margen de estudios históricos y trabajos de planimetría e infografía que acompañan a la recreación, incluían la restauración de cerámica de albercas y de fuentes, así como su limpieza. Se ha procedido a la selección de mármol de Macael para los cuerpos principales que resisten mejor el paso del tiempo así como el contacto con el agua. En lo que al tratamiento de la piedra se refiere, se han reintegrado las juntas con morteros de cal y árido seleccionado, se han cosido y sellado las grietas y pegado de fragmentos y se ha acometido la limpieza tanto mecánica como química de superficies y sendos tratamientos hidrofugante y antigraffiti.

Las labores de documentación han permitido redimensionar y unificar el tamaño de las fuentes más pequeñas, que ahora lucen con medidas similares frente a la desproporción anterior. También se han incorporado elementos que habían desaparecido después de rehabilitaciones realizadas en las décadas de los 50 relacionadas con el vandalismo, como las máscaras de leones, las hojas de roble en la fuente principal o los surtidores y los relieves que sustituyen a los anteriores, que eran planos, recuperando la estética original.

La última fuente de este conjunto, la más próxima a Santa Cruz, también reconstruye un plato dentado en los inicios y que fue un adelanto para su tiempo. Resulta destacable que la documentación recuperada detallaba que las piezas que se utilizaban inicialmente no eran originales sino recuperadas de otros enclaves sin especificar su origen, de ahí las diferentes entre ellas.