Rony Lopes podría tener, según la prensa lusa, un acuerdo verbal con el Sporting de Braga, aunque los clubes aún no están de acuerdo con las cifras del traspaso. El club portugués quiere que llega gratis, libre tras una rescisión de contrato, pero el Sevilla no está dispuesto. Quiere recuperar aunque sea un pequeño porcentaje de lo que pagó con el fichaje más caro de su historia: 25 millones de euros. Rony se ha devaluado tanto que Orta está pidiendo unos 5 millones de euros. Si al final se terminan poniendo de acuerdo, Mendilibar eliminará del vestuario a un jugador con el que no cuenta en absoluto. Uno que está en tierra de nadie, porque ni gusta ni disgusta al míster, es Rafa Mir. No es un descarte, pero tampoco va a ser titular. Y en esas aparece el Valencia. El delantero cartagenero estaría encantado con que cristalizara esa opción, para volver a jugar de blanco en Mestalla, como ya lo hiciera de juvenil. Baraja quiere a Mir en su equipo, pero la operación no es sencilla. Ni tras la marcha de Cavani y con las cantidades que reciban por Musah, tendrán huevo en el límite salarial. Eso y lo que pide el Sevilla convierten este asunto en un problema. El club nervionense pide que el que se lleve cedido a Mir pague el 100% de su ficha, 1,9 millones de euros. Hasta ahí al Valencia le cuadra (o le cuadraría cuando consiga más límite). Pero es que además el Sevilla quiere el montante total correspondiente a la amortización del ariete murciano de la 23-24, o sea unos 3,1 millones de euros. De esa cifra el Valencia pagaría la mitad, no más. Y en esas estamos. Le está costando a Víctor Orta la operación salida. Es verano y hay atascos.