Según ha anunciado la FIFA, el órgano que preside Hans-Joachim Eckert ha considerado que Blazer durante su etapa como oficial de la FIFA tuvo un importante papel en actividades que incluyeron la oferta, la aceptación y la comisión y recibo de pagos ilegales, comisiones y sobornos.
La sanción, que impedirá a Blazer participar en cualquier actividad relacionada con el fútbol, entrará en vigor hoy y se basa en las investigaciones desarrolladas por el órgano de investigación del propio Comité de Ética en respuesta al informe final del Comité de Integridad de la CONCACAF y a los cargos presentados por la justicia de Estados Unidos contra varios directivos de la FIFA.
La FIFA considera que Blazer violó varios artículos del Código Ético relativos a las reglas generales de conducta (13), los principios de lealtad (15), confidencialidad (16), deber de información y cooperación (18), conflicto de intereses (19), oferta y aceptación de regalos y otros beneficios (20) y soborno y corrupción (21).
En mayo de 2013, el Comité de Ética de la FIFA decidió de forma provisional suspender, al menos hasta el final de ese año, las investigaciones iniciadas sobre el comportamiento de Blazer, principalmente por los problemas de salud de éste.
Aquel procedimiento fue consecuencia de un informe de la Comisión de Integridad de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (CONCACAF), en el que acusó a Blazer y al expresidente de ésta Jack Warner de malversar al menos de 57 millones de dólares durante el tiempo en que ejercieron como secretario general y presidente, respectivamente.
No obstante Chuck Blazer fue inhabilitado durante noventa días. Posteriormente, en diciembre de 2014, cuando Cornel Borbély asumió la presidencia de la cámara de investigación del Comité de Ética acordó levantar aquella suspensión e iniciar nuevos procedimientos contra Blazer, que han culminado con su sanción a perpetuidad comunicada hoy.
Blazer es una pieza clave en las investigaciones que la justicia de Estados Unidos y la suiza llevan a cabo por posibles casos de corrupción dentro de la FIFA y que llevaron a la detención el pasado 27 de mayo de siete directivos de la organización, cuando iban a participar en el Congreso para la reelección de Joseph Blatter como presidente.
En 2011, por su gran fortuna -valorada en 22 millones de dólares escondidos en sociedades pantalla-y por posible evasión de impuestos fue objeto de una investigación en Estados Unidos y acordó colaborar con la justicia para evitar la cárcel.
Su confesión fue básica para los cargos que el Departamento de Justicia de EEUU presentó contra nueve directivos de la FIFA y otras cinco personas vinculadas a la organización.
Recientemente se ha desvelado parte de su confesión al juez, en la que admitió haber ayudado a arreglar la concesión de varios mundiales (Francia 1998 y Sudáfrica 2010) y varias ediciones de la Copa de Oro.
Blazer consiguió evadir impuestos durante dos décadas como directivo de la CONCACAF, que en una investigación interna en 2013 descubrió que había desviado fondos de la confederación para costearse dos apartamentos en Manhattan y viviendas de lujo en Miami y las Bahamas, entre otros bienes.