OBJETOLOGÍA

El molinillo de café, un artículo de lujo en la antigüedad

En Por fin no es lunes Isabel Lobo nos acerca en su Objetología al molinillo de café. Un artículo de lujo en la antigüedad que ha evolucionado a lo largo de los años hasta conseguir una estética parecida a los robots de cocina

ondacero.es

Madrid | 15.01.2022 12:46

Un sábado más Isabel Lobo nos acerca de forma didáctica y divertida a un objeto. Hoy en su Objetología nos descubre todos los detalles del nacimiento y la evolución del molinillo de café. ¿Cuál es su origen? Cuando los europeos importaron los granos de café desde América, vieron la necesidad de tener algún objeto para moler el café más sofisticado que las rudimentarias herramientas que utilizaban los nativos americanos.

Los primeros modelos fueron usados por la nobleza, teniendo que pasar cientos de años para que éstos pasaran al uso de la población general. Estos modelos eran considerados objetos de lujo y en su creación se valoraba más la estética que la funcionalidad. Molinillos de café con grandes adornos y estrafalarios era lo común en la época.

No se sabe quién fue el creador de esta herramienta. En las antiguas sociedades latinoamericanas ya usaban objetos para moler estos granos de café. Sin embargo, no se parecían a lo que conocemos hoy en día como molinillo de café. Las primeras referencias son de Europa y Turquía, aunque no se sabe en cuál de estos dos lugares se desarrolló primero.

Las primeras moliendas de café

Las primeras moliendas se realizaron con herramientas tan rudimentarias como el mortero y la maza, que no conseguían un molido uniforme y eficiente. Las primeras referencias a un molinillo de café, datan de 1867. Se trataba de un objeto dotado de sencillos mecanismos que lograban una molienda aún no lo suficientemente perfecta, pero más cómoda y sencilla de usar que el mortero y la maza.

Este primer modelo de molinillo de café, fue evolucionando hasta llegar al molinillo de café manual que conocemos hoy en día. Sin embargo, debido a la industrialización del café, este objeto no sufrió evolución alguna entre los siglos XVII y XX. No fue hasta la aparición del molinillo eléctrico cuando se avanzó en el diseño.

Mientras que los molinillos antiguos se basaban únicamente en un recipiente donde se colocaban los granos de café y se molían girando una manivela con muelas en su parte inferior, los modelos actuales cuentan con mayor número de funciones. La principal diferencia entre los antiguos y los modernos es su estética, ya que en la actualidad cuentan con un diseño más parecido a los robots de cocina. Además, incluyen funciones como sistemas de paro automático, dosificador, distintos grados de molienda o piezas extraíbles.

¿Cómo varía la molienda el sabor final?

A las 24 horas de moler el café ya ha perdido el 50% de su sabor y su aroma. Las formas de moler café no han cambiado mucho, el cambio importante se ha dado en el consumido, que es cada vez más consciente de la importancia del punto de molido en función del tipo de cafetera y de los gustos personales. ¿El mejor?: un molino de muelas. Si es manual, las de cerámica son las mejores. En el caso de los eléctricos, cónicas.