ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

Laura, autista y madre de dos niñas autistas: “El autismo no es una enfermedad, es un cerebro distinto y una forma distinta de percibir el mundo”

Laura Cubas ha pasado toda su vida esperando respuestas sin que nadie pudiera ayudarla. Hasta que llegó su hija mayor y vio en ella ciertas conductas que le eran muy familiares.

ondacero.es

Madrid | 16.07.2022 10:20

Entrevista en Por fin no es lunes

Laura tiene 39 años. Es madre, artista, viñetista y miembro de la Asociación Canaria de Humoristas Gráficos. Pero también es diferente a los demás. Pasó toda su vida esperando respuesta sin que nadie pudiera ayudarla, hasta que llegó su hija mayor y vio en ella determinadas conductas que le eran muy familiares.

Cuando su hija tenía 7 años, no pudo retrasar lo inevitable y buscó la ayuda de un profesional. Los resultados de las pruebas fueron concluyentes: su hija era autista, pero había algo más. Ella también. Acababa de tener la confirmación de lo que llevaba años intuyendo. Años después, su hija pequeña recibiría el mismo diagnóstico.

Hoy, Laura Cubas es presidenta de la Asociación ARTEA y activista por los derechos de las personas autistas que visibiliza esta situación a través de las redes sociales donde, en clave de humor, registra situaciones de su vida cotidiana.

En Por fin no es lunes explica que cuando su hija nació, comenzó a ver en ella comportamientos que ella misma había tenido, y no sólo eso, sino que los obstáculos que ella se encontraba eran los mismos a los que su madre se había enfrentado también desde pequeña.

Durante más de 30 años no se le había puesto nombre a lo que padecía porque había acudido a muchos médicos que le dijeron que tenía depresión, que lo que necesitaba era “ir con gente más inteligente”, o que “no estaba lo suficientemente loca como para ser derivada a salud mental”. Una serie de comentarios que la hicieron sentirse más sola y que aprovecha ahora para denunciar el estado de los tratamientos para la salud mental que hay en España.

Reconoce que siempre tuvo miedo de que se notase que era distinta a los demás, razón por la cual ensayaba delante del espejo, pensaba mucho las cosas antes de decirlas o se fijaba en los diálogos de series y películas: “Me recuerdo rara, pero a la vez tuve la suerte de que mi padre me reforzaba la idea de que los raros éramos los mejores. Por eso cada vez que me decían rara, yo respondía ‘gracias’”.