Flor Peña Aguilera y Alberto Venera Barranca son dos policías nacionales del mismo equipo que hasta hace cinco meses patrullaban en el turno de noche en Alcalá de Henares y realizaban intervenciones de todo tipo. Sin embargo, a raíz de una serie de denuncias que tramitaron contra el maltrato animal, comenzó una persecución por parte de sus superiores que terminó con ambos siendo apartados de la calle y destinados a trasladar detenidos a los juzgados de la ciudad, lo que consideran un "castigo".
Se les impidió ir de uniforme a recoger un premio
La polémica, además, coincide en el tiempo con un premio que recibieron. El pasado 6 de octubre, fueron reconocidos por la Red de Portección Animal (REPA) en colaboración con la Dirección General de Derechos de los Animales, un organismo integrado del Gobierno de España, en un acto al que no se les permitió acudir de uniforme porque, según sus superiores no "representaban" a la comisaría y no era un "acto oficial".
¿Cómo empezó su calvario?
Ambos explican que todo comenzó cuando en Alcalá de Henares se comenzaron a suceder una serie de intervenciones con animales, a las que ellos dieron respuesta. A raíz de eso, comenzaron a recibir una persecución y hostigamiento por parte de sus jefes inmediatos. Se refieren a intervenciones de animales que no se encontraban en buen estado, que estaban encerrados: "Nosotros íbamos allí, lo comprobábamos y efectivamente, no estaban en buen estado y los incautábamos".
La polémica está en que sus superiores tenían la "idea equivocada" de que esas intervenciones no eran competencia de la Policía Nacional, sino de la Local y Municipal. Pero explican que en el delito de maltrato animal, aunque está tipificado dentro del Código Penal, se puede tratar también desde el ámbito administrativo, que era el que usaban ellos: "Nosotros siempre hemos tomado medidas dentro de la legalidad".
Se abrió una investigación interna
Desde el principio de las intervenciones, se les negó la licitud de las mismas y se empezó a sospechar que estaban trabajando fuera del marco legal, por lo que se abrió una investigación y se envió a Régimen Disciplinario -una unidad dentro de la Policía- un informe respecto a sus intervenciones que finalmente no recibió sanción disciplinaria, sino todo lo contrario.
"La resolución de la investigación fue muy favorable a nosotros, dijeron que fue loable y digno de admiración nuestro comportamiento", aseguran. Además, cuentan a su favor con dos autos a su favor de dos jueces distintos: "En una intervención, retiramos unos animales y los dueños decidieron denunciarnos. Dos jueces diferentes resolvieron a nuestro favor".
Sin embargo, ni el informe ni las resoluciones judiciales sirvieron para nada y ambos denuncian haber sido "castigados": "Realizábamos un trabajo en la noche en el mismo grupo y nos han quitado a los dos. Por otras intervenciones no hemos recibido ninguna persecución. Sólo con los animales. En cualquier intervención con animales se nos pedía explicación por escrito. El problema son las investigaciones con animales".
Estudian denunciar por acoso
Ahora, estudian posibles acciones legales: "Estamos estudiándolo porque consideramos que hay un acoso claro y queremos denunciar". Aseguran que conocen sentencias de otros compañeros que han denunciado acoso y sí han ganado el caso. No por las mismas intervenciones con animales, sino por otras distintas por las que han sido "desplazados de su puesto sin causas justificadas". "En nuestro caso, lo justifican como 'necesidades del servicio', pero eso tiene que estar motivado y no lo hacen", afirman.