Comprobando las efemérides, por Dios, qué de cosas pasaron en 1982. Hoy son 40 años también los que se cumplen desde que el Papa Juan Pablo II pisó España por primera vez como Santo Padre.
No pretendo usurpar contenidos ajenos, es que me sirve para contar que hay muchas maneras de evangelizar y el fútbol, defiende la FIFA, es la más moderna. Fatma Samoura es la secretaria general de este organismo que tantas críticas ha recibido por llevarse su gran fiesta global a Qatar. La semana pasada, sin perder aplomo, siguió abordando los ‘grandes avances en derechos humanos y laborales’.
El evangelio de FIFA lo ha conseguido. El Emirato es más habitable para todo tipo de colectivos. Intuyo que los cientos de millones no influyen en pintar una realidad holográmica que los capos del fútbol mundial quieren imponer. Con ruidoso silencio cómplice de gobiernos y ciudadanos, digámoslo.
Jugaremos en Qatar. En estadios suntuosos. Rodeados de opulencia. Será laprimera Copa Mundialacunada por el mundo árabe… pero el precio que pagaremos se incrustará en las conciencias colectivas y en la memoria de los miles de migrantes que perecieron en condiciones propias del Medievo.
Se agranda ya esta cita, quedan 4 semanas, y por aquello de coger moral y ejemplo, ovación de lunes para las españolas sub17 que revalidaron el título de campeonas del mundo al derrotar a Colombia en la India. Las categorías inferiores no pueden rendir y triunfar más: 4 medallas en 6 meses. Mientras, el equipo absoluto sigue acumulando traspiés con el cisma de Vilda y 15 de las mejores internacionales. Todo muy racional. Poco nos pasa...