Mirando hacia atrás, hay un debate medio sentimental sobre quién ha sido el culpable. Para El País, han fracasado los partidos, no las instituciones. Para La Vanguardia, la ineficacia de los partidos. Para La Razón, algo parecido. Y para El Mundo y bastantes comentaristas, todo se ha debido a la cerrazón de Sánchez.
¿Es tan importante designar al malo de la película?, parece que sí y que hay que proclamar a un responsable de la condena de repetir la llamada a las urnas. Y Pedro Sánchez lo hizo en su discurso en forma de rueda de prensa,“lo hemos intentado todo, y nos lo han hecho imposible”. Esas fueron sus palabras y apuntó a Casado, Rivera e Iglesias.
Sobre todo, a Iglesias de quien dijo que cuatro veces, cuatro, impidió que en España haya un gobierno progresista y ¿queda roto el bloque de izquierdas?. La respuesta de los acusados ha sido esta: Iglesias le dijo que ya tiene lo que quería. Casado le reprocha que nunca ha querido un acuerdo. Y Rivera, que Sánchez es el problema.
Pues bien, todos estos señores se enfrentarán de aquí al 10 de noviembre y son los mismos de la última vez. Sánchez contra todos ellos y todos ellos contra Sánchez y si Sánchez vuelve a ser el más votado, según prevén las encuestas, ¿con quién podrá contar después?.