OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Si las cuentas del coronel Tezanos se confirman, Pablo Casado estará el 27 de mayo aún más cuestionado"

Hay elecciones en quince días. Difícil mantener el grado de interés, de suspense, de incertidumbre, de las de hace dos domingos.

Carlos Alsina

Madrid | 10.05.2019 08:15 (Publicado 10.05.2019 07:52)

Acabamos de pasar por unas urnas generales y ése es el acontecimiento más relevante que hemos conocido los votantes en estos días. Y justo por eso esta encuesta del CIS que se difundió ayer hay que tomarla en lo que vale: esto es lo que contaban los encuestados que votarían antes de saber que Sánchez ganó de largo, que el PP se quedó en la mitad de lo que era, que Ciudadanos no pasa de ser tercero, Podemos sigue encogiendo y Vox no era para tanto.

Cautela, no vaya a ser que ahora que el CIS parece infalible, vuelve a cambiar la película y la encuesta no da pie con bola.

Los dos fenómenos extraños que refleja en estos números de ayer el coronel Tezanos son los dos madrileños.

· El primero, que la izquierda más dividida que nunca y con más marcas electorales que nunca, obtiene un resultado arrollador. O centrando el tiro, que la voladura en dos pedazos de Podemos, Errejón por un lado, Irene y Pablo por el otro, se traduce en más escaños que los que tenían los morados cuando eran una piña. Cosas raras veréis, pero quién sabe. Brotan votantes de izquierdas en Madrid de debajo de las piedras y donde antes daban para 27 escaños morados ahora salen hasta 36. Si quitarle ni uno al PSOE, que incluso mejora su cosecha. Deben de estar pensando en Galapagar Resort que esto de atomizarse es un invento formidable.

· El segundo fenómeno paranormal es el de Ciudadanos. Hace dos domingos le sacó ciento y pico mil votos al PP, dos puntos por delante, pero en la encuesta se queda muy por detrás de los populares. Hasta seis puntos de ventaja le da Tezanos a la debutante Díaz Ayuso sobre el repetidor Ignacio Aguado. Seis puntos y ocho escaños. En la ciudad de Madrid aún es mayor la diferencia. Diez puntos a favor del PP. Hace dos domingos apenas fue de un punto. Va a ser que ahora el voto oculto es el naranja.

Si el coronel Tezanos acierta con sus números, la izquierda conservará los gobiernos allí donde ahora los tiene, la derecha no recuperará los que hoy no tiene, Carmena seguirá de alcaldesa de la capital con la asistencia del PSOE y Colau estará en riesgo en Barcelona si el independentismo apoya en bloque a Ernest Maragall. El mapa de la noche electoral será rojo a mayor gloria de Sánchez, que después de resucitarse a sí mismo va a resucitar a los barones que una vez intentaron tumbarle: Page, Fernández Vara, Lambán, todos con la melena al viento y al rebufo del líder que le ha metido propulsión al PSOE.

Si las cuentas del coronel Tezanos se confirman, Casado estará el 27 de mayo aún más cuestionado de lo que hoy está porque sus dos elegidos para la batalla de Madrid se quedarán empeorarán mucho los resultados. Se agarrará Casado a la única tabla que flotará tras el naufragio: poder mirar a Rivera desde arriba porque el naranja seguirá teniendo menos votos que él. En esto el CIS se desmarca de todas esas encuestas que anunciaban un terremoto en Madrid: ni Ciudadanos adelanta al PP, ni Vox adelanta a Ciudadanos. Cura de humildad para Rivera, cura de humildad para Pablo Iglesias (que en Madrid capital pierde toda influencia) y cura de humildad para Vox, para el censor Abascal, sin influencia apenas en los lugares más relevantes y sin el resultado arrollador que pretendía en las elecciones europeas. Cinco escaños habrían sido una proeza en otras circunstancias. En las actuales son con ver diluirse a Don Pelayo. La extremita derechita valientita.

Lo dijo Feijóo ayer en este programa: dar a entender que Vox podría tener ministros en un gobierno de Casado fue un error. Los centrados se inquietaron. En esa reflexión están los supervivientes de la etapa mariana: se les han ido los votos por el centro. En realidad, la mayoría de los votos perdidos del PP han ido a Vox en las generales. Dos millones y medio de electores. Ayer le preguntamos aquí a Feijóo si fue un error la foto de las tres derechas en la plaza de Colón.

En realidad, en el PP, la convulsión interna está aplazada hasta el lunes 27. En esa jornada empezará el temblor de tierras en Génova, 13. Ya veremos si lo bastante intenso como para poner en peligro la continuidad de Casado y para resucitar el antiguo proyecto de coronar a Feijóo por aclamación. Hoy la prensa hace interpretaciones diversas de la respuesta del gallego a la pregunta: ¿descartamos un Feijóo presidente nacional del PP?

Con el foco puesto en el PP y en Pablo Casado ya empezó de nuevo el tiovivo de la campaña electoral.

Mientras se van sabiendo cosas de cómo fue la larga reunión de Pedro y Pablo en la Moncloa. Pablo Iglesias. El compadre que quiere ministerios y, si no puede ser, otros sillones.

En la intimidad de la Moncloa y sin decir ni media a la prensa —sin luz ni taquígrafos— Iglesias le pidió a Sánchez la presidencia del Congreso. Para Podemos. Le gusta el puesto a Rafa Mayoral. Sánchez, como a todo lo demás, le dio largas. Pidió también Iglesias que le busque un sillón al general Rodríguez, el ex JEMAD, cuya carrera morada no termina de asentarse porque allí donde lo quiere poner Pablo, allí van los demás y se lo quitan de encima. Acuérdese de lo que dijo aquí Carmena sobre meter al general en su lista.

Que a ver si me le puedes encontrar algun carguito a Julio.

Esto no es la vieja política, es la viejísima. Iglesias va camino de convertirse en el joven más viejo que haya habido nunca.