La reina-abuela echando el brazo por encima de la nieta y la madre apartando ese brazo como si estuviera liberando a Willy de una trampa.
En fin, es un tópico citar al capitán Renault de 'Casablanca'. Escandalizado —de mentira— al descubrir que en el club de Rick se jugaba. ¡Qué escándalo, señora, caballero, que la suegra y la nuera no se tragan! Quién lo habría sospechado, ¿verdad? El personal haciendo lecturas profundas sobre la bronca en público: que si vaya familia, que si deberían dar explicaciones, que si esto es una crisis institucional en toda regla. Pues mire, tampoco es para tanto. Choque de reinas porque se llevan fatal. ¿Ven como es una familia como las demás? Si se llevan bien o mal es su problema. Aquí de lo que se trata es de que el rey haga bien su trabajo. El resto es sálvame zarzuelero. Muy entretenido. Y muy poco trascendente.
Ay, que ha vuelto el serial.
Temporada primavera verano.
Antes del sábado podría llegar uno de los minutos más vistos. Cuando el Tribunal Superior del estado de Schleswig-Holstein anuncie si mandan para España al detenido Puigdemont. El prófugo que cometió el error de regresar a su mansión de Bélgica en coche y pasando por Alemania.
En el capítulo de ayer —igual lo vieron— el fiscal tomó la palabra para decir que a él lo de Llarena le parece que está muy bien. Que expone con precisión los indicios que existen contra Puigdemont para procesarle por rebelión, que en Alemania existe un delito homologable que es el de alta traición y que, por tanto, apoya la moción de la justicia española para que al procesado se le suba en un avión y se le entregue a las autoridades españolas.
¿Y en los siguientes capítulos qué se espera que pase?
Pues que el tribunal se mire lo que dice la fiscalía, se mire lo que diga la defensa y vea con cuál de las posiciones se queda. Es decir, si lo entrega o no lo entrega y si es por rebelión o es sólo por malversar el dinero de todos. La portavoz del tribunal dice que en cuarenta y ocho horas podría estar puesto el huevo. Lo que pasa es que luego vienen los recursos y se nos puede eternizar esta parte de la trama hasta finales de marzo.
Puigdemont, que se va haciendo a la vida carcelaria —qué remedio— sigue recibiendo gente que tiene interés en visitare y a la que él tiene la oportunidad de colocarle la chapa.
Gente que es la primera vez que le escucha contar lo perverso que el Constitucional, lo autoritario que es el Supremo, lo dictatorial que es el Estado español y lo Gandhi-Mandela-y-Martin Luther King que es él y que, fruto de la novedad, quedan extasiados ante la épica puigdemoniaca.
A los visitadores de Puigdemont siempre se les olvida hacerle la primera pregunta que a uno se le ocurre, que es: "usted que tenía todo el poder como presidente de la Generalitat de Cataluña lo utilizó para vulnerar la ley, ¿verdad que sí?".
Además, en el capítulo de ayer, este momento de altísima emoción, destinado a provocar las lágrimas de los espectadores más recios: el cameo de la antigua actriz Ada Colaucon la voz quebrada cuando evoca a Lluis Companys, año 37, diciendo aquello de "madrileños, Cataluña os ama".
Ayer como hoy, Barcelona lucha por la democracia contra el fascismo. El triple salto moral con pirueta que hizo la actriz invitada para vincular una exposición sobre la resistencia madrileña al avance de Mola en el 36 con el hoy, que para Colau es la lucha catalana contra el fascismo del Estado español. Cómo de grande sería el chirrido que salió después Manuela Carmena a hacerle una precisión a la voz quebrada.
Quién rompe la ley, quién la defiende. Y el empeño de Ada Colau en identificar la España de noviembre del 36 con la España de marzo del 2018.