Ya no hay que ir a votar en coche de caballos ni recorrer enormes distancias pero se sigue haciendo en martes, día laborable a todos los efectos en el que hay que buscar un hueco para acercarse al colegio electoral. Eso es lo que van a hacer 130 millones de norteamericanos a partir de las 7 de la mañana, dependiendo del huso horario de cada estado (hay hasta 9 husos horarios en EEUU). Mañana a esta hora, si no hay sobresaltos como en las elecciones del 2000 entre Bush hijo y Al Gore, les estaremos contando quién es el cuadragésimo quinto Presidente de EEUU o la primera Presidenta de EEUU.
Hillary Clinton y Donald Trump siguen a esta hora ( o lo han hecho hasta hace unos instantes), aquí son las 12 de la noche, agotando los últimos minutos de campaña, el último esfuerzo para amarrar votos en aquellos estados donde la cosa está "so close to win", donde la cosa está tan igualada que ni las encuestas pueden dar ganador. La demócrata y el republicano se han entregado en las últimas 24 horas a recorrer esos estados "bisagra" que se consideran decisivos a la hora de inclinar la balanza a uno u otro lado en busca del número mágico de los 270 votos electorales que dan las llaves de la Casa Blanca.
Según los últimos datos, hasta el sábado casi 40 millones de estadounidenses habían depositado su voto de forma anticipada, una cifra superior a los algo más de 32 millones de votos registrados en las elecciones de 2012. Entre estos 40 millones, los latinos han votado con más pasión que en anteriores comicios, lo que beneficia a la candidata demócrata Hillary Clinton, pero los afroamericanos muestran mayor desgana, lo que favorece al republicano Donald Trump.
Las encuestas siguen dando una ventaja a la candidata demócrata de casi 4 puntos. La última de la Agencia Reuters e IPSOS lo sitúa en 45%-42% a favor de Clinton en voto popular, y 303 delegados frente a 235 para Trump. En el cálculo de probabilidades, la ex Secretaria de Estado gana con claridad con un 90% de opciones para ser la próxima Presidenta norteamericana.
Pero nadie se atreve a dar un resultado por hecho, sigue habiendo espacio para la sorpresa, de hecho las distancias que marcan las encuestas en voto popular entran dentro del margen de error, empate técnico con ligera ventaja para Clinton. Toda la atención se centra en una docena de estados, los swing states, con foco especial en Florida, Ohio, Carolina del Norte, Nevada, Michigan y Pensilvania.
Conscientes del estrecho margen demoscópico, ambos candidatos han hecho este lunes un auténtico maratón electoral de miles de kilómetros. La demócrata, arropada por los Obama, su marido Bill y varias estrellas de la música (Springteen, Bon Jovi), ha recorrido 4 estados, el último Carolina del Norte. El acto central de cierre de campaña lo celebraba anoche en Filadelfia, con la voz rota.
Y junto a ella Barack Obama, el Presidente saliente, que se ha implicado en la campaña demócrata hasta el último minuto. Elogiando el patriotismo y la capacidad de lucha de Hillary, llamando a los hombres a votar por una mujer, a los jóvenes por su futuro y a los afroamericanos ( algo desmotivados) a votar por las aptitudes del candidato y no el color de su piel. Pidiendo votar por la esperanza para dar la espalda al miedo.
Por su parte Donald Trump recorría este lunes más de 3.000 kilómetros a través de 5 estados en un último esfuerzo por darle la vuelta a la tendencia en contra que marcan los sondeos. Florida, Carolina del Norte, donde la cosa está muy igualada, y New Hampshire, Pensilvania y a esta hora en Michigan, estados que tradicionalmente votan demócrata. Al candidato republicano se le ve menos arropado. No le acompañan ex Presidentes, ni la cúpula del partido republicano, ni siquiera estrellas del rock. Es él solo, sale él al escenario y punto.
A esta hora se acabaron los mítines, se apagaron las luces, terminó la fanfarria y los cientos de millones de dólares en anuncios televisivos. Año y medio han estado los norteamericanos en una campaña fangosa como ninguna. Duerme América, dispuesta a despertar en el primer martes de noviembre después del primer lunes y cumplir con la tradición. Esta vez para elegir entre la continuidad o lo desconocido.