Opinión

El monólogo de Alsina: "Duelo de altura: Calviño frena a Díaz"

Carlos Alsina analiza en su monólogo de Más de uno la divergencia entre las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz por las competencias y logros de cada ministerio en materia económica.

Carlos Alsina

Madrid | 19.03.2021 08:46

Una semana después de que García Egeaabortara la moción de censura en Murcia metiendo en el gobierno a los tres diputados veletas de Ciudadanos (ahora firmo la moción, ahora me borro y me premian con un sillón) el balance de vencedores y damnificados está a la vista.

Vencedor, el PP. Conserva el poder en Murcia, no parece que le preocupe mucho la sospecha de que ha comprado voluntades (si no con billetes, que nadie los ha probado, sí con cargos, que es otra forma de retribuir al que cambia de camiseta), encuentra el motivo que estaba esperando para convocar elecciones en Madrid y presume de haber iniciado la reunificación de la derecha acogiendo en su seno generoso (más sillones) a los desertores de Ciudadanos y los expulsados de Vox.

Ciudadanos, el mayor damnificado tras lo de Murcia

Damnificados, Ciudadanos, desde luego. Hoy tiene dos gobiernos menos, tres diputados regionales, dos diputados nacionales, dos senadores y un candidato menos. O traducido, que está roto en Murcia, tocado en la Comunidad Valenciana y desangrado, según las encuestas, en Madrid. Donde se consumó en la tarde de ayer la operación prejubilemos ---y mira que es joven-- a Ignacio Aguado.

Operación prejubilemos a Aguado: un día te meten en la Ejecutiva de tu partido y al siguiente te apartan de la candidatura

No será una despedida, pero se le parece mucho. Así es la política: un día te meten en la Ejecutiva de tu partido y al día siguiente te apartan de la candidatura. El matrimonio de conveniencia del señor Aguado con la señora Díaz Ayuso terminó de la peor manera. Para él. Arrollado por las elecciones a contrapié que convocó ella.

Toma el relevo como candidato el abogado de Estado que se negó a rebajar la acusación de rebelión contra Junqueras y los Jordis, Edmundo Bal, fichado hace apenas dos años para la causa naranja por Albert Rivera. Que se estrena haciendo gala de más moral que el Alcoyano: "Después de que pase este proceso lamentable, triste que estamos sufriendo en Ciudadanos, vamos a salir más fuertes". Eso dijo Sánchez del confinamiento de hace un año, que salíamos más fuertes. Y mejores. Y a la vista está como estamos.

La campaña contra Ayuso -y contra Pablo Iglesias- la va a hacer Pedro Sánchez

Damnificado de la malograda operación murciana es Sánchez, trastocada su geometría variable y su plan para reconvertir Ciudadanos en socio alternativo a Rufián y los bildus. Y escamado su compadre morado, que le acusa de haber intentado otra vez el pacto hacia su derecha, va de retro. Al presidente le ha hecho una crisis de gobierno su vicepresidente segundo y encara unas elecciones madrileñas con unas encuestas discretitas y con un ovni como candidato, el sosegado y conciliador Gabilondo, al que le están buscando número dos y cuyo número uno será, en realidad, el propio Sánchez. La campaña contra Ayuso la va a hacer él. Contra Ayuso y contra Iglesias.

Matrimonios en crisis: El PSOE ha empezado a dar la batalla del relato

Matrimonios en crisis. Hay cada vez más dudas de la sinceridad de los partidos que gobiernan España a pachas cuando proclaman su determinación para agotar la legislatura juntos. Al choque que ya se venía produciendo por la ley del alquiler, se añadió ayer algo nuevo: el PSOE ha empezado a dar la batalla del relato. Hasta ahora Podemos acusaba de incumplir el pacto de gobierno y el PSOE decía que seguían negociando. Pero ahora los socialistas ya suben a la red a devolver el golpe y negar que estén incumpliendo nada. Ni faltándole al respeto a nadie.

Ahí están las dos vicepresidentas con más poder del gobierno, la primera, Calvo, y la que va a ser ascendida a segunda, Calviño, dando la réplica al que va a coger la puerta, o sea, Iglesias. Si él se atrinchera en su empeño de poner tope a los alquileres, el PSOE le dice que por más que se atrinchere no va a conseguir que ellos se rindan. En lugar de topes, rebajas fiscales para el propietario que abarate el alquiler a su inquilino.

Cuando ayer le preguntamos a la señora Calviño si defender esto la convierte en la representante de los fondos de inversión en el gabinete, como sostiene Podemos, dijo esto: "Trato de no dedicar mi tiempo a desmentir todas las cosas que se dicen sobre mí, ese tipo de consideraciones son ridículas".

De la conversación de ayer con Calviño en este programa quedó claro que la legislación laboral también es cosa suya (ella es quien se tiene que entender con Bruselas) y que la prioridad no es derogar íntegramente la reforma laboral de 2012 (para que no queden ni los palos del sombrajo, como diría Echenique) sino reducir la desigualdad entre indefinidos y temporales.

Del anterior choque que tuvo el gobierno consigo mismo (la pugna por subir o no el salario mínimo en enero, que ganó Calviño) dijo ayer la vicepresidenta que menos mal que no lo subieron porque los datos del paro habrían sido aún peores.

Duelo entre Calviño y Díaz

No parece que la sintonía entre Calviño y Díaz, ¿verdad?, sea muy elevada. La futura vicepresidenta tercera atesora la reputación como forjadora de consensos entre las patronales y los sindicatos aunque la futura vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, nos recordó ayer que son cuatro los ministerios involucrados en el diálogo social, todos tan merecedores del crédito como la ministra de Trabajo, y todos del área económica que dirige ella, Calviño. (Quien quiera entender, que entienda). Las patronales no ocultan que a quien acuden cada vez que Trabajo se alinea con las tesis sindicales, que es siempre, es a la vicepresidenta económica. Y tampoco ocultan que la hoja de ruta que ha presentado esta semana Yolanda Díaz para los cambios en la legislación laboral no la comparten. Lo dijo Garamendi, CEOE, ayer en El programa de Ana Rosa de Telecinco.

Y como no comparte el menú, o el menú cambia o esta vez no podrá presentar la señora Díaz un nuevo acuerdo que añadir al currículum de que viene haciendo gala.