MÁS DE UNO

El monólogo de Alsina: "El presidente cuelga el traje de míster simpatía, el empático doctor antiinflamatorio, y se viste el de gendarme"

Pedro Sánchez llegará mañana al Congreso hecho un campeón del orden público. Un peligro público llamado Joaquim Torra se lo ha puesto en bandeja y hace bien el presidente en cambiar el tono porque una cosa es la empatía y otra dejar que te chuleen.

ondacero.es

Madrid | 11.12.2018 07:54

En el laboratorio de la Moncloa, el ingeniero Redondo terminará de diseñar un nuevo Pedro. Otro. Acumula ya una experiencia notable en el rediseño del presidente en función de por dónde sopla el viento. Nunca descansa la fábrica de Pedros de la Moncloa.

El partido del presidente, PSOE, ha perdido el gobierno de Andalucía, por primera vez en 38 años, y en las primeras elecciones que ha habido bajo su presidencia. Tenga usted presente todo el tiempo ese dato porque es el que explica lo que está pasando. Las primeras elecciones de Sánchez han sido un fiasco y le quedan unas cuantas más a la vuelta de cinco meses máximo. Del independentismo todo lo que puede esperar es que le haga quedar como un pelele a los ojos de quienes luego votan en el resto de España. Toca, por ello, cambiar de traje. El presidente cuelga el traje de míster simpatía, el empático doctor antiinflamatorio, y se viste el de gendarme. Vuelve ‘Simplemente Pedro’, aquel líder político que sacaba pecho de su defensa del 155, llamaba xenófobo a Torra, presumía de predicar en Europa el peligro que representa el fanático populismo independentista y consideraba evidente que Puigdemont y Junqueras cometieron delito de rebelión.

Todo esto aún no se lo hemos escuchado al Sánchez presidente pero denle tiempo. A Rajoy lo criticaba por inmovilista y, en coherencia, él lo que más valora es no quedarse quieto. Ahora pa un lao, ahora pal otro. Tanto tiempo acusando a Rajoy de tener la mitad de la culpa de la insurrección independentista por no haber hecho política y le han bastado seis meses a Sánchez para comprobar que hacer política cuando tu interlocutor es el jefe de un comando de agitación y propaganda sirve de poco.

Cataluña es el mundo al revés, les decía ayer a esta hora. Cataluña es ese lugar en el que tipos encapuchados que, por sus narices, impiden a la gente circular y se apropian de la calle cuentan con el aliento del gobierno autonómico. Cataluña es ese lugar en el que la policía es ensalzada por sus jefes políticos cuando no hace nada y puesta bajo sospecha cuando cumple con su trabajo.

No es la primera vez, claro que no, que el presidente Torra o sus consejeros de Interior y Territorio incurren en dejación de funciones al permitir los sabotajes y alentar el apreteu apreteu de los CDRs. Pero sí es la primera vez que el gobierno central aprovecha lo sucedido para llamar al orden y amagar con enviar a la policía nacional para que se encargue. La primera medida del equipo Sánchez ha sido inundar al gobierno Torra de catas oficiales. Calvo, Marlaska y Ábalos piden explicación por escrito de lo ocurrido este fin de semana en las autopistas y los peajes. Es sólo un primer aviso, pero abre camino a lo que viene. Porque el gobierno ya sabe lo que ha sucedido. Que los saboteadores han campado por dónde han querido amparados en la pasividad del gobierno autonómico. Lo explicó con nitidez ayer la vicepresidenta.

El gobierno sabe lo que hay y sabe que le quieren montar la bronca total en la calle el viernes de la próxima semana, cuando se celebre en Barcelona el consejo de ministros. Segunda lectura del aviso de ayer: no va a quedarse quieto el gobierno mientras Torra y sus cachorros cerriles (cederres) le organizan un aquelarre.

No ha habido carta todavía del propio presidente a su interlocutor catalán, el pirómano puigdemoniaco que prende la mecha eslovena y luego se va a esconder al convento (perdón, al santuario indepe de Montserrat, como en casa rodeado de frailes). Lástima porque la carta podría empezar diciendo: “Estimado iluminado xenófobo populista, si pudiera usted aclararme por qué permite que se corten carreteras en su comunidad mientras llama a la insurrección violenta, sería para mí muy provechoso conocer sus razones”. Suyo afectísimo, el que le paseó por la Moncloa.

Aún no ha habido carta de Sánchez pero siempre hay tiempo para que la haya. Con la opción, señalada ayer por el PP, de asumir el control de los mossos de esquadra acogiéndose a la ley de Seguridad Nacional y con la opción, en último caso, de aplicar de nuevo el 155 en aras del interés general. Dio una pista ayer la portavoz del PSOE, señora Peña, cuando habló (instruida por la Moncloa) de aplicar medidas valientes.

Medidas valientes no parece que sea enviar tres cartas. Vamos a ver qué más trae en el zurrón el nuevo Pedro.

Al Partido de los Socialistas de Cataluña el nuevo giro de guión no parece que les haya cogido con los deberes hechos. A su secretario de organización le preguntamos ayer aquí si los sabotajes de los cdrs y la eslo-burrada de Torra cambiaban, en su opinión, el escenario.

No parece que el PSC le diera la relevancia que luego ha querido darle el gobierno a lo de los peajes y lo de Torra.

Como dice el libro de Rafa Latorre, “Habrá que jurar que todo esto ha ocurrido”, porque algún día miraremos atrás y nos sorprenderemos de las cosas que tuvimos que contarles. Nos sorprenderemos de que todo fuera real, y no un sketch.

Un presidente autonómico que nunca ha sido nadie recluido en un monasterio para hacer dos días de ayuno solidario. El presidente venao (o eslo-venao) encomendado a los monjes del santuario indepe.

Su jefe, el prófugo, tirado en el sofá de la mansión de Waterloo canturrando temas de Lluis Llach mientras su miniyo, el politólogo Comín, le hace los coros, dudua dudua.

Y un menda al que llaman Fredi y que fundó hace años un grupo terrorista, Terra Lliure, graba en su casa el vídeo más cutre de la historia de los vídeos cutres

…soltando una soflama en la que llama a tomar las calles porque resulta que las calles son suyas. Fredi, ya podías grabar el vídeo en la calle, homme, que hacerlo en tu habitación queda incoherente. Fredi Bentanachs Chalaux. Chalao es apellido, no diagnóstico. El abuelo nostálgico de sus tiempos de matonismo.

Habrá que jurar que todo esto ha ocurrido porque parece una broma pesada.

Tanto pedir el corredor mediterráneo y lo que quieren es tenerlo para poder cortarlo.