El blog de Alsina

'Disfruten del último puente del año'

Les voy a decir una cosa.

Ya llega, ya llega. Este puente en medio del cual estamos es la última meta volante antes de la Navidad, los niños cantores y los especiales de Nochevieja. Y el fin del mundo, claro, disfruten del último puente, del último mes y del último año de nuestras vidas.

ondacero.es

Madrid | 07.12.2012 20:11

Un árbol de navidad gigante
Un árbol de navidad gigante | antena3.com

Como el mundo se acaba, o en su defecto, llega de nuevo a las navidades, empieza el aluvión de efectos colaterales que tienen estas fechas en las que ya vamos entrando. Por ejemplo, que Olivia Newton John y John Travolta vuelvan a ser pareja artística: han sacado un disco de canciones navideñas una de las cuales es, según la promoción, la secuela del You’re the one that I want de Grease, o sea que pretenden que usted y yo nos imaginemos a Danny Sukko y Sandy Olsen 34 años después del instituto aquel al que ya fueron talluditos, festejando a Papa Noel entre muñecos de nieve y abetos “embolados”. O por ejemplo, que la policía nacional nos recuerde que a veces nos pasamos de confiados y de bondadosos. Pone en marcha su tradicional campaña “no seas pringao” --que, en realidad, se llama “comercio seguro”-- con la que vienen a recordarnos que no “to er mundo es güeno”, es decir, que hay que estar un poco atento a las compras que hacemos por internet para que nos carguen en la tarteja más de lo que hemos pagado, y a los barullos que se organizan en las calles más comerciales porque son terreno abonado para carteristas y descuideros, aparte de ser las fechas preferidas de timadores, vendemotos y cuentacuentos. La Navidad está llena de peligros, como pudieron comprobar los niños de la época de Herodes.

A los niños recomienda la policía que los adiestremos un poco antes de sacarlos a pasear por la calle mayor abarrotada de otras familias y otros niños porque con el gorro de lana, la bufanda y las orejeras es muy difícil distinguirlos unos de otros y, en cuanto te descuidas, los traspapelas. Como ideas proponen enseñarles a recitar de un tirón el nombre-dirección-teléfono- profesión-y-hábitos-más-frecuentes de los padres o, para aquellos con menos labia, tatuarles en el antebrazo todos estos datos fundamentales. Si en casa usan código de barras, pues el código de barras. O el de puntos, que es el que ahora se usa para las entradas de los espectáculos. Si se pierde el niño en Kinépolis, lo pasan por el lector óptico y asunto arreglado. Cualquier precaución es poca para no acabar en la plaza mayor voceando, a lo Pepe Isbert, “Chencho, Chencho”.

¿Qué nombre es Chencho? Dices: “Crescencio”. Ya, pero ¿qué nombre de niño es Crescencio? Pues el siguiente a Críspulo, que es como se llamaba el mayor, el que acaba de lanzacohetes. Total, y volviendo al presente, que los efectos colaterales de la Navidad no dejan de producirse nunca. El principal, el conflicto. ¿Dónde, en familia? No, en los transportes de largo recorrido. La huelga en Iberia comienza el viernes que viene y se alargarça toda la semana siguiente, justo hasta el día 21. Como ese día termina el mundo, no tenía mucho sentido añadir jornadas de huelga posteriores. Hoy ha habido reunión de la empresa y los sindicatos (¿en puente?; sí, en puente) pero no se han puesto de acuerdo, como suele ocurrir en las reuniones que se celebran cuando aún queda una semana para que empiece el lío. No se descarta que haya más reuniones la próxima semana que puedan desembocar en desconvocatoria de los paros, pero a día de hoy se mantienen.

Si usted se está preguntando cómo puede saber si el vuelo que tiene reservado se acabará produciendo, la respuesta es: buena pregunta. Pero hasta que no se decidan los servicios mínimos la empresa no es capaz de saber qué vuelos se realizarán sí o sí y qué otros no es previsible que vuelen. Ya saben que la posición de la compañía es que la crisis obliga a reducir el tamaño de Iberia prescindiendo de 4.500 puestos de trabajo, bajando salarios y suprimiendo rutas. Mientras que los sindicatos lo que alegan es que se está procediendo a un desmantelamiento no declarado de la compañía y que ellos, a eso, no van a contribuir: esfuerzos sí, dicen, pero si es para que la empresa crezca, no para que la British termine de engullirla. El gobierno ---las dos ministras que han opinado sobre el conflicto, Báñez y Pastor, Empleo y Fomento--- repite que hay que agotar los intentos de salida pactada para evitar una huelga que perjudicaría no sólo a Iberia, sino al sector turístico en su conjunto.  “Pido a las partes entendimiento y respeto a los viajeros”, dijo Ana Pastor en la Moncloa hoy, con ningún éxito. El gobierno tampoco ha hecho puente --sólo faltaría, con la guerra que le declaró Rajoy a los festivos-- y ha aprovechado para aprobar hoy el único proyecto del ministro Wert que no ha desencadenado un tornado político-mediático (al menos de momento). Se llama compensación equitativa por copia privada, pero es más conocido como el sustituto del canon digital. Es decir, cómo se hace para que los autores cobren por las copias que se hacen de sus obras (y que como son copias, no les producen ingresos por la autoría), pero sin aplicar ya aquella cosa que se inventó el gobierno anterior del canon digital, que consistía en que te cobraran una cantidad, por si acaso, cuando adquirías un cd, un pendrive o un aparato grabador.

Por si acaso lo usas para copiar una canción, te cobramos antes y fin del asunto. Ya, ¿y si no uso para eso? Se acuerdan de aquella polémica, ¿a que sí? El canon quedó fuera de juego porque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dijo que era una ñapa, y porque el PP hizo bandera de la oposición al canon digital y prometió que lo quitaría. Mira, una promesa que sí cumplió. La forma de asegurar a las sociedades de autores que algo seguirían ingresando fue meter una partida en los presupuestos del Estado, es decir, que lo que se dejaba de cobrar a quien comprara un CD virgen se le pasara a cobrar a los contribuyentes en su conjunto. El mecanismo suplente ya lo anunció el gobierno en enero, y la cantidad contemplada, cinco millones de euros, se conoce desde que se presentaron los Presupuestos del Estado. Lo que hoy ha aprobado el gobierno es quién tiene derecho a recibir ese dinero, en qué proporción y bajo qué criterios. Y las sociedades que gestionan los derechos de autor están indignadas por lo poco que les toca. Tanto el canon como esta otra modalidad de ahora es una forma de reconocer, económicamente, esto que se llama propiedad intelectural y que tan ajeno resulta, por ejemplo, a la cultura china. Esta noche, como prometimos, hablaremos de los chinos que trabajan en España. Como punto de partida, a ver qué les parece esta pregunta: qué tienen en común --porque algo tienen en común y después lo revelaremos-- la región china de Zheijang, el teatro de Manolita Chen y el pollo con almendras. Que tiene, por cierto, de plato chino lo que yo de amante de la fruta escarchada.