OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El gobierno marroquí encizaña"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las relaciones diplomáticas con Marruecos tras la crisis política en Ceuta.

Carlos Alsina

Madrid | 24.05.2021 08:48

Éste es el sonido de una ataúd de plástico cuando un militar español lo abre para que dos empleados de una funeraria saquen el cuerpo que va dentro y lo depositen en una tumba sin nombre mientras se escucha la oración que rezan dos imanes.

Lágrimas de desconocidos para dos hombres sin nombre

Dos hombres fueron sepultados ayer en el cementerio musulmán de Ceuta. De ninguno se conoce su nombre. Este momento, en que son enterrados cada uno en una fosa, cubiertos de tierra y señalada la tumba con un trozo de ladrillo a modo de lápida y un número (4371, 4372), lo captó ayer María Martín, periodista de El País, que cuenta que la funeraria graba este ritual en la confianza de que algún día las familias puedan ser localizadas y comprueben que se les enterró por el rito musulmán.

Tituló su crónica María ‘Lágrimas de desconocidos despiden a los últimos muertos de Ceuta’. Los desconocidos que les lloran son los enterradores, los empleados de la funeraria y un fotógrafo local al que se le nublan las gafas. Dris Ahmed, que trabaja recibiendo y preparando cadáveres, cuenta en el vídeo que al dolor no se acostumbra.

Hace una semana 8.000 personas cruzaron a España desde Marruecos

Hay familias que estarán hoy en Marruecos preguntándose qué habrá sido de sus hijos sin saber que ya no viven. Los adolescentes que sí consiguieron llegar vivos, y que aguardan hoy en Ceuta a que se aclare su futuro, les piden a los periodistas que les permitan usar sus móviles para hacer una llamada a casa y contar dónde y cómo se encuentran.

No hubo muchas más muertes que lamentar porque al mar se echaron también las lanchas de la guardia civil y en tierra les atendían los legionarios y la Cruz Roja

Si hace ahora una semana, cuando ocho mil personas cruzaron a España por los bloques de hormigón del espigón o metiéndose en el mar para llegar a nado, no hubo muchas más muertes que lamentar fue porque al mar se echaron también las lanchas de la guardia civil y porque en tierra atendían a los rescatados los legionarios y la Cruz Roja. De no haber sido por ellos, hoy serían muchas más familias las que en Marruecos, estarían esperando una llamada que no llega.

"El único interés del ministro de Exteriores marroquí era culpar al gobierno de España de lo ocurrido"

En la entrevista que ayer le hicieron en una radio francesa al ministro de Exteriores marroquí, Naser Bourita, la historia de estos compatriotas suyos no existió. El único interés del ministro era culpar al gobierno de España de lo que ha ocurrido. Por haber ocultado que había acogido en un hospital de Logroño, con identidad falsa y como si fuera un ciudadano español más, al líder del Polisario que es, para Marruecos ---y ya veremos si para la justicia española--- un terrorista enemigo del país. Ni se molestó el ministro Bourita en desligar la entrada de ocho mil personas en Ceuta del choque de su gobierno con el de España. El mensaje es nítido: si el gobierno de aquí ampara a los enemigos del gobierno de allí, la respuesta es la desestabilización de la ciudad española que es frontera sur de Europa.

España no informó a Marruecos y no consultó a la Unión Europea. España crea una crisis y quiere que Europa se la resuelva. Juega el ministro a introducir la cuña, la desconfianza, entre los socios europeos. Es probable que en Bruselas, y en algunos gobiernos nacionales, se atribuya al gobierno español haber medido mal las consecuencias de traer a España a Brahim Galli, pero no es probable que en público se manifieste abiertamente tal crítica. La semana pasada los dirigentes europeos respaldaron a España y censuraron a Marruecos. Hoy hay cumbre de gobernantes en Bruselas, presencial, y si algo dicen sobre Ceuta será para ratificar la posición de la semana pasada.

No hay unanimidad en Europa respecto de la soberanía del Sáhara Occidental

Pero el gobierno marroquí sabe a lo que juega. No hay unanimidad en Europa respecto de la reclamación de fondo que está haciendo el rey Mohamed, y que no tiene que ver con Brahim Galli sino con la soberanía del Sáhara Occidental. Es ahí donde el primer ministro Otmani está tanteando y acelerando: con Estados Unidos como avalista de su demanda de soberanía lo que busca es que la Unión Europea ---Francia, Alemania, España--- acepten que el plan de Naciones Unidas dejó de tener sentido (ni referéndum ni autodeterminación) y que la vía pragmática es la autonomía del Sáhara dentro del estado marroquí. Ya contamos aquí el viernes que lo más chocante de la parrafada que le dedicó Puigdemont a este asunto es que apoyara la soberanía marroquí y no la autodeterminación del Sáhara Occidental, con lo independentista y autodeterminista que dice ser el ciudadano.

Lo chocante es que Puigdemont apoyara la soberanía marroquí y no la autodeterminación del Sáhara Occidental, con lo independentista y autodeterminista que dice ser el ciudadanos

Al cabo de una semana de silencio, el gobierno marroquí empezó a dar ayer la batalla de la propaganda. El ministro de Exteriores desmiente que haya mantenido contacto alguno con Arantza González Laya, la ministra española, y exige que Brahim Galli sea retenido y entregado.

Amenaza con la ruptura poniendo por delante que con el resto de la Unión Europea (o con casi toda, porque con Alemania carece de sintonía) no tiene mayor problema. Y en estas aparece el ministro de Exteriores francés y declara a una televisión de su país que él sí, él si está hablando con el ministro de Mohamed para mediar en su conflicto con España. Marruecos intenta convertir lo de Galli y lo de Ceuta en un problema para España en su relación no con Marruecos sino con la Unión Europea.