LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Visto que el Brexit era un engaño, los tories pueden perder hoy un 70% de sus escaños"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la jornada electoral que se vive este jueves en Reino Unido y la evolución de las promesas que se hicieron antes de su salida de la Unión Europea.

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Marta García Aller

Madrid |

Las elecciones de hoy en Reino Unido vienen del futuro.

Qué pasa cuando los eurófobos, cuando los que cargan contra la burocracia y los extranjeros como el origen de todos los males y prometen cerrar fronteras para reducir la inmigración, toman el poder.

Spoiler: no funciona.

Tomemos el Brexit por si sirve de ejemplo para los franceses que nos estarán escuchando.

El Brexit se ha producido, pero el país que sus partidarios prometieron a sus votantes no existe. Ni las regulaciones europeas han desaparecido ni los tratados de libre comercio con el resto del mundo, de México a Australia, compensan lo que se ha perdido saliendo del mercado común.

La desregulación de los que prometían acabar con la burocracia europea nunca llegó, porque eliminar los estándares altos de calidad del sistema legal europeo ha resultado no ser posible ni siquiera deseable. Por supuesto los servicios públicos tampoco han mejorado. Es más, van mucho peor.

El dinero que teóricamente se dejaba de mandar a Bruselas para mejorar la sanidad nunca llegó. Y desde que cerró sus fronteras, la economía británica se ha hecho más pequeña. Cortar los lazos con tu principal mercado exportador, oh sorpresa, es una mala idea.

La inmigración es otro de los símbolos de las promesas incumplidas. Reducir la inmigración tal vez fuera el factor más importante del voto a favor del Brexit en 2016. Y es el único ámbito en el que el Reino Unido realmente ha cambiado sus normas desde que abandonó la UE.

Los brexiters prometían que cerrando las fronteras a la Unión Europea su país dejaría de llenarse de fontaneros polacos y efectivamente así ha sido. Pero la migración neta a Gran Bretaña ha aumentado, solo que los que más llegan ya no son europeos.

La mano dura contra la inmigración no funciona y complica la vida a las empresas, que siguen necesitando mano de obra inmigrante. Las trabas a la inmigración han traído menos crecimiento económico, más precariedad y ninguna mejora en los servicios públicos.

¿Moraleja?

Visto que el Brexit era un engaño, los tories pueden perder hoy un 70% de sus escaños