con javier cancho

Historia de un enigma llamado Cicada 3301

Si lo tienes, sientes la necesidad de compartirlo; pero, si lo compartes, entonces, ya no lo tienes.

Javier Cancho

| 07.07.2020 11:17

Cicada 3 3 0 1 apareció en la red hace casi diez años. Era un enigmático mensaje que decía lo siguiente: estamos buscando individuos altamente inteligentes. Para encontrarlos, hemos creado una prueba. Hay un mensaje oculto en la imagen publicada. Encuéntralo y te llevará por el camino que conduce hacia nosotros. Esperamos con ansia conocer a los pocos que llegarán al final del sendero. Buena suerte. Somos 3301… Este críptico mensaje fue el comienzo de la llamada historia de los tres laberintos.

El mensaje se publicó en un foro de internet llamado 4chan, que en español significa 4hojas, estando considerada en su momento como la comunidad virtual más salvaje. Ese fue el lugar donde Anonymous apareció por primera vez. Y fue en ese foro donde se publicó el enigmático mensaje de Cicada, que en nuestro idioma significa cigarra. El primer acertijo fue resuelto por un número considerable de personas en todo el mundo. Meses después, la misteriosa organización planteaba un reto nuevo tras el siguiente enunciado: La Epifanía está sobre ti. Tu peregrinación ha comenzado. Te espera la iluminación. Buena suerte. Somos 3301.

Año 2014. Un sueco experto en criptoseguridad, un tipo llamado Joel Eriksson, asegura haber llegado al final de los laberintos publicados hasta entonces. Eriksson precisó de sus conocimientos en esteganografía, que es una rama de la criptografía, que desarrolla formas creativas de ocultar información. Desenvolviéndose entre códigos ocultos, Eriksson llegó hasta una grabación de voz en la que se le decía que iba por buen camino. Y se añadía otro mensaje: Hay tres números primos asociados a la imagen que estás viendo, 3301 es uno de ellos. Descifrado ese acertijo, se encontró ante el hallazgo de 14 coordenadas físicas que correspondían a lugares concretos en diferentes partes del mundo. Uno de esos 14 enclaves estaba en España.

Eriksson pidió entonces la ayuda de personas que vivieran próximas a esos lugares. Transcurrido un tiempo, sus informantes le fueron enviado de cada uno de esos 14 rincones imágenes de cigarras y códigos QR que se habían escondido justo donde señalaban las coordenadas. Al escanear los códigos, obtuvo imágenes con textos ocultos. El periplo de rastreo, la odisea cibernética, le llevó hasta la internet profunda, donde se ocultan los bajos fondos de la red. Así llegó hasta el punto final donde le aguardaba un mensaje crítico: la organización cuestionaba que se hubiera ayudado de terceras personas para resolver un enigma diseñado para uno solo. Eriksson contaría después que el desenlace le resultó muy decepcionante. Esa fue su versión de los hechos. Aunque, quizá, suene poco creíble. ¿Es posible que Eriksson no revelase que había en el último mensaje?

Otra pregunta plantea qué hay detrás del enigma de la cigarra, qué tipo de organización esconde.

La especulación sobre el trasfondo de los acertijos ha sido enorme, contemplando que pudiera tratarse de entidades financieras en busca de expertos en encriptado. Parece claro que la organización debía tener dinero para diseminar códigos por 14 lugares del mundo alejados entre sí. También se especuló con que fuera un jueguecito de la CIA o de otra agencia de espionaje tratando de reclutar personas altamente capacitadas en criptología. Otros prefieren la vía esotérica, relacionando la cigarra con una organización satanista llamada La Orden de los Nueve Ángulos. Sin embargo, ninguna de estas hipótesis sobre la enigmática organización ha podido ser comprobada todavía.