EL REPORTERO DE LA HISTORIA

El canal de Castilla: el sueño de la Ilustración que se topó con el ferrocarril

En 'Más de uno' viajamos hasta el año 1753 para ver cómo comenzó una de las obras de ingeniería civil más importantes del siglo XVIII: el Canal de Castilla.

ondacero.es

Madrid | 24.10.2023 12:35

El 16 de julio de 1753 comenzaron los trabajos de construcción de una infraestructura que prometía ser revolucionaria. Las primeras obras se ubicaron en en el término municipal de Ribas de Campos, en Palencia, muy cerquita del río Carrión.

El gran proyecto llevaba por nombre Canal de Castilla y, simplificándolo, consistía en en la construcción de una serie de caminos de agua y canales navegables que conectasen la meseta castellana (toda la comarca de la Tierra de Campos e incluso llegando a la sierra de Segovia) con el puerto de Santander.

El objetivo era crear una red de transporte fluvial rápida y segura, de más de 400 kilómetros navegables, que permitiera el transporte de mercancías (especialmente el cereal castellano) desde sus zonas de producción hasta el Cantábrico, y desde ahí, ya por vía marítima, a su comercio internacional. Asimismo, serviría para traer a esta tierra productos de ultramar.

El Canal de Castilla fue uno de los grandes proyectos de ingeniería civil de la Ilustración. Una obra que no llegó a completarse tal y como se concibió originalmente y que tuvo otros usos que no estaban del todo previstos. Entre ellos el que lo ocupa hoy, que es el turístico.

Un proyecto muy ambicioso que se topó con el ferrocarril

Virginia Asensio, historiadora del arte, autora del libro 'Un puerto de tierra mar adentro' y trabajadora del Centro de Recepción de Viajeros del Canal de Castilla en Medina de Rioseco, recalca en 'Más de uno' que "el canal no fracasó", pues se construyó la mitad, pero era un proyecto muy ambicioso que consistía en "acercar el mar al centro de la meseta" y que, por desgracia, se topó con el desarrollo del ferrocarril.

Al final se quedó en 207 kilómetros de longitud que actualmente atraviesan tres provincias: Palencia, Burgos y Valladolid. Desde el punto de vista de la ingeniería de la época, el funcionamiento de las exclusas -unos "ascensores para barcos"- es una de las cosas más llamativas.

La ingeniería al servicio del progreso

El Canal de Castilla fue el sueño de aquellos políticos y pensadores de la Ilustración que querían regenerar el país. Se dieron cuenta de que España estaba estancada y sus ideas reformistas buscaban paliar la diferencia entre "esa España dividida en dos zonas: el centro de la meseta frente a la capital y los puertos costeros, que tenían un desarrollo más importante".

La idea era lograr que, "mediante una serie de comunicaciones, mejorase el transporte, y dar salida al excedente agrario hacia los puertos del norte y las Antillas", cuenta Asensio.

Campesinos y presos como mano de obra

Para la construcción del Canal, en un principio trabajaron campesinos, pero cuando llegaba la época de trabajar en el campo, abandonaban sus funciones en la obra. Cuando se privatizaron las obras del Canal a partir de 1831, se acordó que más de 2.000presos fuesen destinados a los trabajos de construcción.

"Los presos eran alojados en campamentos a pie de obra y vigilados por soldados que se desplazaban hasta esos campamentos", relata la historiadora.

Diversos usos del Canal de Castilla

El Canal estuvo utilizándose para la navegación hasta 1959. La época de máximo apogeo fue alrededor de 1860, cuando más de 300 barcazas navegaban por el canal y transportaban productos de todo tipo: cereales, harina, caldos, maderas, cemento, ladrillos, etc.

Posteriormente, el canal se utilizó también para el riego y descubrieron cómo utilizar el agua del canal como fuerza motriz. "Más de medio centenar de fábricas se levantaron cerca del canal, la mayoría fábricas de harina, puesto que estamos en el granero de España", explica Asensio.