El documental, estrenado en una gran sala de Madrid, pone rostro a personas invisibles que han caído en la calle por causas estructurales. Marian Juste, presidenta de Hogar Sí, subraya que "la calle mata y la calle te destruye", y no se trata solo de indiferencia, sino de impotencia por no saber cómo actuar.
Héroes anónimos contra la invisibilidad
Juste explica que el corto muestra testimonios reales, como el de una mujer que confiesa: "Puedo estar en un bar. Me han echado lejía por la ventana. Los cristales me han hecho perrería". Los verdaderos protagonistas son Pepe, Javi y Mamen, "héroes de la esperanza" que han salido adelante y comparten sus dificultades para inspirar a otros.
Richard y Alejandra, patronos de Oasis con años de compromiso internacional, también aportan su generosidad al proyecto.
Rafa Latorre pregunta qué se ve en "lo que nadie quiere ver", y Juste responde que se trata de hacer visibles a los más invisibles, convencida de que el sinhogarismo se erradica con implicación social: "Nada más tenemos que saber qué podemos aportar cada uno desde nuestro sitio [...] con vuestra ayuda, más".
Vivienda como base de la dignidad
Javier Basagoiti, presidente de Invest Real Estate y de la Asociación Española de Socimis, detalla la iniciativa conjunta con O Garci: la primera socimi social española, creada al 50%, para comprar viviendas y generar arrendamientos asequibles un 40% por debajo del mercado.
"Dotarles de una vivienda es lo que le devuelve la dignidad a la persona", afirma, ya que sin techo no hay higiene ni oportunidades laborales.
Marian Juste añade que Hogar Sí gestiona 460 viviendas con ayuntamientos y comunidades de todos los colores políticos, priorizando la autonomía: primero vivienda, luego recuperación de lazos familiares y esperanza. Alquilan a ONGs mediante inversión social de impacto, con rentabilidad baja pero retorno social alto, para integrar personas en pisos dispersos –un primero H, un segundo G– y no en bloques segregados.
De la calle al futuro: un reto alcanzable
Basagoiti insiste en que España, con 49 millones de habitantes, debería sacar a las 37.000 personas sin hogar: "Deberíamos ser capaces". Juste critica los albergues como solución de emergencia –"nadie de un albergue recupera su vida"– y destaca problemas como la salud mental, causa y consecuencia del sinhogarismo.
Su modelo, probado en otros países, trata a las personas de igual a igual para fomentar autonomía.
