RECOMENDACIONES LITERARIAS

Libros comentados en Julia en la Onda el 12 de noviembre

En los últimos días se nos ha acumulado el trabajo. Hemos tenido premios varios, el cierre del Círculo de Lectores y el regreso de la segunda parte de una obra que marcó a una generación. Por otro lado, han aparecido, casi a la vez, dos obras relacionadas con las enfermedades mentales. Cerramos con dos recomendaciones ideales para desconectar en estos tiempos agitados.

José Luis Ibáñez Ridao

Madrid | 13.11.2019 10:19

Libros Julia en la onda 12 noviembre
Libros Julia en la onda 12 noviembre | ondacero.es

Miscelánea editorial

Estas dos últimas semanas han resultado de lo más movido en el panorama editorial. Resumo algunos de los hechos destacados en lo que antes los periódicos titulaban «miscelánea».

José Ángel Mañas ha recuperado a los protagonistas de Historias del Kronen en una nueva novela. Tienen veinticinco años más y las drogas y las juergas parecen cosa del pasado. La última juerga (Algaida) ha obtenido el 51.º premio de novela Ateneo de Sevilla. La comentaremos más adelante.

El lunes, una de las víctimas de la resaca electoral fue la concesión del Premio Nacional de las Letras Españolas al vasco Bernardo Atxaga. Se trata de nuestro segundo galardón literario e institucional más importante, tras el Cervantes, y dejando de lado el Princesa de Asturias, que está abierto a todas las lenguas. Apenas se habló de él entre tanto análisis político. Una pena.

Atxaga es un todoterreno que ha cultivado el teatro, la poesía, el ensayo y la novela en castellano y en euskera. Su obra más conocida y traducida es Obabakoak, que ahora hace treinta años ganó el Premio Nacional de Narrativa.

Coincidiendo con el galardón, Atxaga ha anunciado que su próxima novela será la última. Aparecerá en febrero, con el sello de Alfaguara, y se titulará Casas y tumbas; recorre varias décadas de la historia reciente de España, entre Madrid, el País Vasco y el Sur de Francia.

El viernes pasado nos sorprendió el anuncio del cierre del Círculo de Lectores, con el que nos iniciamos en la lectura varias generaciones de españoles. En los noventa llegó a tener un millón y medio de clientes. «Territorio Comanche» se ocupó del tema en profundidad.

Como tantas otras iniciativas parecidas en todo el mundo, se inspiraba en el Club del Libro del Mes norteamericano, que fue fundado en 1926. El sistema se basaba en ofrecer una selección mensual de libros para que sus clientes escogieran.

El Club norteamericano impulsó las carreras comerciales de escritores como Ernest Hemingway, Margaret Mitchell y J.D. Salinger, entre otros. Menos conocido es que fue quien modeló el formato de los modernos bestsellers.

Si buscan es sus estanterías los viejos éxitos estadounidenses de los setenta y ochenta, comprobarán que tienen un número de páginas muy parecido. Esta extensión respondía a una necesidad comercial: el libro debía ofrecer lectura durante un mes, calculando las páginas que un trabajador medio podía leer en un trasporte público medio los días laborables. De esta forma, cada mes adquiría un nuevo volumen al Club… que le duraba hasta que recibía el siguiente.

Cierro con el premio Goncourt, que se concedió hace unos días. AdN lo publicará en castellano en mayo del año que viene. La traducción del titulo original francés es Todos los hombres no viven en el mundo de la misma manera, de Jean-Paul Dubois; veremos si se mantiene o cambia. Y comprobaremos si mantiene el nivel de alta calidad de este galardón.

Paranoia, psiquiátricos y novelas

Las coincidencias suelen ser habituales en el mundo del libro. Con pocos días de diferencia han aparecido dos novelas muy distintas unidas por un elemento en común: la salud mental y los hospitales psiquiátricos.

Abro un paréntesis para recordar que este tema ha dado grandes obras a lo largo de la historia. Junto con magníficos títulos de no ficción, destacan muchas novelas de carácter autobiográfico; una de las más conocidas es, sin duda, La campana de cristal, de Sylvia Plath. Cierro paréntesis.

De otra de las grandes autoras del siglo XX, Anna Kavan, acaba de publicarse El descenso, con el sello Navona. Permanecía inédita en castellano; la traducción es de Ainize Salaberri..

Estamos ante una colección de relatos interrelacionados, muchos de los cuales tienen un marcado carácter autobiográfico. El título del libro es el de uno de esos relatos y, al mismo tiempo, actúa como un resumen perfecto de la obra, puesto que relata el camino descendente de la autora desde los primeros síntomas de la neurosis hasta acabar en una clínica suiza.

Hay pocos retratos tan bien narrados sobre la paranoia y cómo la viven quienes la padecen. Pese a la dureza del tema, la escritura engañosamente sencilla de Kavan te sumerge completamente en una narración en la que los fantasmas y los miedos imaginarios se convierten en reales y las situaciones más cotidianas se hacen angustiosas. Es difícil escribir mejor.

Con un registro totalmente diferente, Álvaro García Hernández presenta Enero y tú desnuda, publicada por AlianzaLit.

García Hernández aborda la enfermedad desde un punto de vista divertido, sin dramatizar. Les recuerdo, de paso, que divertido es lo contrario de aburrido, no de serio —según la aguda observación de Chesterton—.

Narra la historia de un hombre que lleva una vida aparentemente normal hasta que, tras una crisis personal, todo se tuerce —o quizás sea a la inversa— y acaba encerrado cinco años en un psiquiátrico.

La novela se centra en el tiempo posterior a ese internamiento: a las lagunas de memoria provocadas por la medicación, a las probaturas desesperadas con otros fármacos —ilegales, casi todos ellos— y a cómo la llegada de una ocupa, la desnuda del título, sacude la vida de Enero, que parecía condenada a una espiral maniacodepresiva sin final.

P.S. – El nombre Enero fue una ocurrencia de su madre, que esperaba una niña que debía llamarse Abril.

RECOMENDACIONES DEL DÍA

Esta semana cerramos con dos recomendaciones ideales para desconectar de esta especie de día de la marmota económica, política y social en el que llevamos inmersos desde hace meses. Se trata de dos lecturas absorbentes y sin complicaciones filosófico-existenciales.

Almas silenciosas, de Ann Cleeves, es la cuarta novela de la serie de la inspectora Vera Stanhope. La publica Maeva con traducción de Isabel Hurtado de Mendoza.

Estamos ante una trama de lo más british, con un buen misterio, bien construida, bien narrada y con personajes reconocibles. Poco más se puede pedir. Esta vez Vera encuentra un cadáver en la sauna de su gimnasio. Parece una muerte por causas naturales hasta que su equipo analiza las circunstancias y desvela un asesinato.

La fallecida era una inofesiva trabajadora social que se ocupaba de casos de acogida y adopción. ¿Quién y por qué la asesinó?

Ann Cleeves ganó en 2017 la Daga de Diamantes, que es la máxima distinción que puede recibir un novelista británico de misterio.

Las chicas desparecidas de París, de Pam Jenoff, se basa en una historia real situada en la segunda guerra mundial. Lleva el sello de Harper Collins y la ha traducido Isabel Murillo.

Todo empieza cuando Grace Healey encuentra, en 1946, una maleta con una docena de fotografías de mujeres y decide averiguar quiénes son.

Seis años antes, somos testigos de la creación de un equipo de doce agentes secretas que Londres envía a Francia para que se infiltren y apoyen a la Resistencia. Nada más se supo de ellas. ¿Qué sucedió?