Repasamos sus preocupaciones, recogidas en el libro, en sus días de político. Cuenta la anécdota de que Felipe González le llamó en el 96, en ese momento en la oposición, para que pactase con Aznar y facilitarle la presidencia; esto nunca se lo contó al que era el presidente.
Afirma que él ha hecho política desde los 16 años y que es catalanista, pero con equilibrio. Cree que es conveniente que Cataluña conserve sus señas de identidad y afirma que esta comunidad siempre ha representado los valores democráticos. Afirma que no tiene argumentos contra los independentistas; y que tanto la derecha como la izquierda utilizan a Cataluña para sentirse cohesionadas y como un arma de oposición contra el Gobierno.
Julia le ha preguntado sobre su signo político, Cataluña y la política de hoy en día; Pujol opina que “hay que retocar el Estado de bienestar” y que las medidas adoptadas en Cataluña, por Mas, las terminará adoptando el Partido Popular, si funcionan. Sobre la actualidad política afirma que “hasta el día 26 de marzo no se puede tomar en serio al PP ni al PSOE”, dice que a partir de ese día los partidos sacarán ‘sus cartas sobre la mesa’.
Otra de las anécdotas que cuenta es la de la crisis que tuvo España del 93 al 96, el paro era muy alto pero el país reaccionó. Pujol dice que ha pesar de la crisis no se erosionó la democracia ni las instituciones, los políticos sólo se ‘erosionaron’ al final de estos años debido a la corrupción. Afirma que “antes había más capacidad de reacción, ahora la crisis es más amenazante”.
También ha repasado otros momentos importantes de su carrera política, que ahora vuelven a ser actuales, como el aborto y las parejas de hecho; entre otros. Está en contra de las declaraciones y las medidas que quiere adoptar Gallardón sobre el aborto y la Ley de Plazos, afirma que es una “batalla ideológica que ganó en su momento el PSOE”.
