Según se estima, un 25% de los españoles permanecen toda su vida en la misma casa. El resto, tres de cada cuatro, recoge su vida y las empaqueta en cajas una media de cuatro veces. Existen mudanzas tristes, mudanzas de transición, mudanzas de trámite, mudanzas por necesidad o mudanzas por prosperidad, entre muchas otras.
El gremio de los profesionales encargados de realizarlas saben mucho de logística y de transporte, aunque también se ven obligados a lidiar con ciertas situaciones en las que acompañar a una persona que deja su hogar para instalarse en otro no debe ser nada fácil. En 'Los gremios', hablamos con alguno de estos profesionales sobre los entresijos de una profesión que es mucho más compleja de lo que puede parecer.
Juan y Eva Moraleda son un padre y una hija encargados de 'Mudanzas Moraleda', una empresa especializada en la realización de mudanzas en Toledo que partió de la experiencia de Juan en la empresa de su tío en la que aprendió que "no existen los domingos ni las vacaciones de descanso, ni siquiera cuando nació mi hijo".
Con ese camión rojo que podría contar la vida de nuestro invitado trasladaba a su familia, incluso hasta fue el medio de transporte que utilizó su mujer para llegar al hospital antes de dar a luz. Con el paso del tiempo ha sido Eva, la niña que nació tras ese viaje, la encargada junto a su hermano de llevar la empresa familiar: "aquí somos multiservicios, no nos dedicamos únicamente a llevar el camión o empaquetar, somos un equipo y todos hacemos de todo".
Ángel Rodríguez, por su parte, trabaja para 'Moviequip', una empresa de mudanzas que ofrece sus servicios especialmente a las grandes empresas. En su caso también se trata de una vocación heredada de su padre, que en su momento utilizaba una 'motocarro' para trasladar las pertenencias de sus clientes en Madrid. Según su experiencia, reconoce que "trabajamos con lo más íntimo de las personas, que son sus enseres personales", por lo que el sentido de la responsabilidad con la que deben trabajar es muy importante.
